Al principio de los tiempos, el ocio era lo esencial y no existía nada contrario a él. Según su etimología, el ocio significa «actividades del tiempo libre». Sin embargo, este tiempo libre está subordinado al «tiempo ocupado».
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Como decía, el ocio, para los antiguos griegos, era la norma. Si alguien se dedicaba a otra actividad, especialmente con fines comerciales, entonces éste se dedicaba al «negocio», es decir, la «negación del ocio».
En tiempos tan pragmáticos como los de ahora, el ocio es considerado como superfluo, tiempo de desperdicio y sin ninguna razón de ser. Si mucho, el ocio podría ser productivo si éste se dedica al arte, pero éste se valora si con él se gana algún dinero; es decir, es el «neg-ocio» del arte.
Esto no implica que el tiempo libre y el ocio deban desperdiciarse en actividades malsanas o destructivas. Implica que el ocio puede y debe utilizarse para realizar acciones comercialmente improductivas, pero valiosas para la formación integral de la persona.
Valorar el tiempo libre, es valorarse a sí mismo, como persona. Utilizarlo para desarrollar actividades espirituales (no necesariamente religiosas, sino que fomenten nuestro espíritu) es una obligación.
Una vida dedicada completamente al negocio, no es vida. Una vida dedicada a la especialización a través del trabajo, no es vida. Es necesario el ocio para realizar actividades ajenas al negocio.
El ocio tiene un carácter lúdico, de satisfacción, tan contrario a los valores que el mundo impone, sobre todo el mundo de los negocios; por esa razón, el negocio se resalta hoy como uno de los mayores máximos de la contracultura.
Para continuar con las etimologías de las palabras, hay que agregar dos, con sus definiciones, importantísimas para el ocio: recrearse y distraerse.
La primera, «recrearse», como se puede inferir, significa volverse a crear, ser nuevos otra vez. La segunda, «distraerse», significa quitarse la «máscara cotidiana» y buscar otra, para jugar a ser personas más íntegras.
EPIGRAMA
Tú has trabajado veinte años
para reunir veinte millones de pesos,
pero nosotros daríamos veinte millones de pesos
para no trabajar como tú has trabajado.