El exilio de un rimador


Otto-Raúl González nació en Guatemala, el 1 de enero de 1921. Formó parte del grupo literario conocido como Grupo Acento, del cual también formaron parte Carlos Illescas y Augusto Monterroso. Este grupo se caracterizó por varios aspectos. En primer lugar, fueron parte activa de la lucha para derrocar a Jorge Ubico; segundo, formaron parte del cuerpo diplomático durante los gobiernos de la Revolución, y tercero, realizaron exilio en México, con la caí­da de Jacobo Arbenz.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

Literariamente, se puede decir que el Grupo Acento, pese a tener fuertes motivaciones polí­ticas, no basó sus textos en la denuncia social. Sobre ellos pesa una gran tradición literaria, que se plasmó en la calidad de sus escritos.

En el exilio en México, Monterroso, Illescas y González convivieron con los escritores mexicanos. Ninguno de los tres regresó a Guatemala para establecer de nuevo residencia.

Este lunes, 7 de mayo, Otto-Raúl González regresará al paí­s para recibir el doctorado honoris causa de parte de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Anteriormente, habí­a retornado para recibir el Premio Nacional de Literatura en 1990.

Su poesí­a

Otto-Raúl González es uno de los escritores que más reconocimiento tiene por su calidad en el extranjero. Sin embargo, en Guatemala no es tan conocido, y su obra es difí­cil de conseguir en nuestro paí­s. Pese a ello, ha formado parte del grupo de los mejores poetas de Latinoamérica de la segunda mitad del siglo XX.

México ha albergado a los mejores poetas del continente, lastimosamente agrupados por el exilio como denominador común. í‰stos, junto a los mismos escritores mexicanos, han tenido gran importancia, debido a la renovación poética que han realizado.

Caracterí­sticas comunes de estos poetas, son el amor por la palabra, preferencia por la literatura leí­da (en vez de la escuchada), el cultivo de la perfección en el poema, las innovaciones técnicas, así­ como la irreverencia en el trato de los temas.

Otto-Raúl ha sido un buen ejemplo de estas caracterí­sticas. A su llegada a México, en 1955, ya llevaba consigo varios poemarios, como Voz y voto del geranio, A fuego lento (1946), Sombras era (1948), Viento claro (1953), Elegí­a mayor (1955) y El bosque (1955), los cuales se caracterizaban por tener fuerte crí­tica social.

En el primero, Voz y voto del geranio (1943, con modificaciones en años posteriores), canta a estas flores, que son los supuestos actores de escenas polí­ticas, de amor y de trabajo; habí­a una sutil crí­tica social. Sin embargo, esta sutileza fue percibida, ya que este y los otros poemarios le habrí­an provocado la persecución polí­tica, en el momento de la caí­da de Arbenz.

Este contenido social siempre acompañarí­a a González, pero, por el contacto con los renovadores poéticos en México, su literatura adquirirí­a un mejor tratamiento.

Tardarí­a unos cinco años desde su llegada a México en publicar su próximo poemario, Hombre en la luna (1960), en donde ya evidencia su roce con otras tendencias poéticas en México.

Como se mencionó anteriormente, Otto-Raúl González logró asimilar muy bien las caracterí­sticas de la nueva poesí­a. En primer lugar, deberí­a decirse que él fue uno de los que mejor tratamiento dio a las palabras, por su valor en sí­ mismas. Como muestra de esto, en 1983 publicó su poemario Palindromagia, que está basado en los palí­ndromos, es decir, las palabras que se leen igual de izquierda a derecha y viceversa. En estas páginas, se observa un ejemplo de ese poemario, con un poema, «La bacanal», que de arriba abajo, y de abajo arriba, se lee igual.

El contenido en estos poemas no es importante, pero el esmero que se pone de manifiesto en estos poemas, sólo demuestran un dedicado trabajo con las palabras, nada fácil de lograr. Se puede explicar mejor con uno de estos poemas, que también es un palí­ndromo, llamado «Vida», que dice: «Sé verla al revés», que en contenido y en forma, explican el sentido de este libro.

Otro poemario que demuestra gran esmero por la palabra es Caligramas, publicado en 1990. Estos poemas, en general, son creaciones literarias que utilizan la disposición gráfica para expresar su contenido. En estas páginas, se muestran algunos ejemplos, como el llamado «Bolivia», que encierra esta palabra para expresar su falta de salida geográfica al mar de ese paí­s.

También, «Tlatelolco», que representa a la masacre ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas en México de 1968.

Tanto en Palindromagia y en Caligramas, se observa en Otto-Raúl González una preferencia por lo «visual» de la poesí­a, en contra de la sonoridad y la musicalidad, que ya habí­a sido explotada por Miguel íngel Asturias. Lo cual, supone un alejamiento de la estética del Nobel guatemalteco, a favor de la originalidad. Además, como se mencionó, esto era una caracterí­stica de los poetas congregados en México.

En 1991, aparece su poemario Luna mutilada, el cual podrí­a ser considerado como el mejor, debido a que, de forma poética, trata temas guatemaltecos, con el objetivo de ser entendidos en todo el mundo.

Por ejemplo, en ese poemario hay poemas dedicados a Rigoberta Menchú (cuando ya sonaba su nombre para el Premio Nobel), a Juan José Arévalo Bermejo (un año después de su muerte), y a Tecún Umán.

En este último tema, en su poema Duermevela de Tecún Umán, hace una elegí­a a este personaje, sólo que viéndolo en un guatemalteco común, más bien, en cualquiera.

Tecún Umán todaví­a es considerado el héroe nacional, y, para verlo en cualquier guatemalteco debe hacerlo con irreverencia, tal como se muestra en el poema «Hombre como cualquiera».

Su narrativa

Talvez, como poeta, Otto-Raúl González es más conocido que como narrador. Sin embargo, él también ha sido conocido especialmente por sus cuentos breves, comparable con el también guatemalteco Augusto Monterroso, como dos de los maestros en este género.

Como narrador, ha sido parte de los mejores narradores de cuentos cortos del continente, junto con el mencionado Monterroso, los uruguayos Eduardo Galeano y Mario Benedetti, entre otros.

Por ejemplo, en su cuento «Gente educada», de su libro homónimo, ofrece un relato vertiginoso por su brevedad, ingenioso y humorí­stico: «?Muchas gracias por dejarme tocar sus maravillosas piernas? dijo el caballero, poniéndose de pie para abandonar el autobús. ?Al contrario,- replicó la dama? gracias a usted por tocármelas.»

Su cuento «Muerte de un rimador», trascrito en estas páginas, es probablemente el mejor cuento de este autor.

En ese texto, a pesar de su brevedad, su sencillez y hasta su humor, se puede apreciar una profunda crí­tica social, así­ como una proyección de su propia experiencia. Agapito Pito, así­ como Otto-Raúl González, son poetas por naturaleza.

Por alguna circunstancia extraña, Agapito Pito se encuentra en un paí­s extranjero (así­ como González en México), en donde no puede rimar siquiera.

Esto podrí­a estar vinculado al hecho de que Otto-Raúl González debió salir exiliado debido a la crí­tica social de su poesí­a. Es decir, se encontró en una sociedad en la cual ser poeta era una condena a muerte (así­ como Agapito Pito).

Sin embargo, tanto Pito como González deciden seguir «rimando». A los dos se les dio la opción de que desistieran de la poesí­a; a Agapito, se le impone como condición el pedir perdón al í­dolo «antirrimadores»; a Otto-Raúl, seguramente, lo sintió así­ a su llegada a México, en donde debió de vacilar de su actividad poética.

Pero los dos asumen una actitud vital: la de seguir siendo poetas. A Agapito Pito, pese a conocer las consecuencias de rimar, respondió con una rima ante la pregunta, lo cual le valió la pena de muerte, «ipso facto», como dice en el texto.

Para González, el final no ha sido tan cruel (bueno, si no se toma al exilio como una crueldad). De todos modos, Otto-Raúl ha asumido durante su vida la misma actitud vital de Agapito Pito, la de seguir siendo poeta.

Conclusión

A sus 86 años, Otto-Raúl González recibirá un justo reconocimiento por parte de la Universidad de San Carlos de Guatemala. í‰l no ha sido tan conocido ni tan estudiado en Guatemala como mereciera, pero, sin duda, es uno de los mejores escritores que ha dado el paí­s.

A nivel internacional, ha tenido enorme reconocimiento, sobre todo por su narrativa breve. En Guatemala, se le otorgó el Premio Nacional de Literatura, pero sin que esto signifique un reconocimiento real a los lectores del paí­s.

Otto-Raúl González deberí­a ser considerado entre los escritores más importantes de Guatemala, junto con Enrique Gómez Carrillo, Miguel íngel Asturias, Luis Cardoza y Aragón, Carlos Solórzano y Augusto Monterroso.

En materia de poesí­a, deberí­a ser considerado el segundo mejor poeta, sólo detrás de Cardoza. En materia de narrativa, deberí­a ser considerado el segundo mejor escritor de cuentos cortos, sólo detrás de Augusto Monterroso.

Celebremos, pues, este doctorado que le impone la Universidad de San Carlos pasado mañana.

Muerte de un rimador

Agapito Pito era un rimador nato y recalcitrante. Un buen dí­a, viajó a un extraño paí­s donde toda rima, aunque fuese asonante, era castigada con la pena de muerte.

Pito empezó a rimar a diestra y siniestra sin darse cuenta del peligro que corrí­a su vida. Veinticuatro horas después fue encarcelado y condenado a la pena máxima.

Considerando su condición de extranjero, las altas autoridades dictaminaros que podrí­a salvar el pellejo sólo si pedí­a perdón públicamente ante el í­dolo antirrimático que se alzaba en la plaza central de la ciudad.

El dí­a señalado, el empedernido rimador fue conducido a la plaza y, ante la expectación de la multitud, el juez del supremo tribunal le preguntó:

?¿Pides perdón al í­dolo?

?¡Pí­dolo!

Agapito Pito fue linchado ipso facto.

La bacanal*

Así­ verse de cerca

sed, sed, nalga,

a sima cala

oirá más o menos

sé dual y solitario

agotarás divisa.

Etna ni coraza cala

a rayos o luces

sale pelón

a canapés Selene

atónita y el latí­n.

Leo, cito, Renato Leduc,

acúdelo, tan erótico él.

Ni tal ley a ti nota

en él es, sepan acá

no le pelas, sé culo, soy ara:

a la caza. Rocinante,

sonemos a Mario

a la camisa

a glandes des.

Acre cedes, revisa

lana cabal.

* Reléase desde la última lí­nea hasta el tí­tulo.

Hombre como cualquiera

El prí­ncipe Tecún se desespera

el prí­ncipe Tecún se enerva y se encabrona

el prí­ncipe Tecún se toma un trago

el prí­ncipe Tecún se rasca un huevo

el prí­ncipe Tecún se desentume

orina

suda

da vueltas en el lecho

al fin se duerme y ronca

porque el prí­ncipe Tecún

sólo es un hombre igual que cualquier otro

Mañana cuando se despierte y se levante

proseguirá la lucha con fuerzas renovadas

poseerá a su esposa que es la patria

y de victoria escuchará atabales.

Otto-Raúl González recibirá un doctorado honoris causa por parte de la Universidad de San Carlos, el próximo lunes 7 de mayo, a las 17:00 horas, en el Salón General Mayor «Adolfo Mijangos López» del Museo Universitario (Musac), en la 10ª calle 9-31 zona 1.