El diario de Vaslav Nijinsky


«El dios de la danza» ha sido nombrado el mí­tico bailarí­n Vaslav Nijinsky (1889-1950), fue uno de los más célebres bailarines de la historia de la danza y según la crí­tica especializada en ballet, aún no ha nacido otro como él.

Hugo Madrigal

Entre sus logros artí­sticos que son muchos, se encuentra el ballet La consagración de la primavera de Stravinsky y el famoso La siesta de un fauno, creación que llevó a tres grandes artistas universales: Debussy en la música, Mallarmé quien hizo este poema y Nijinsky en la danza.

El ballet es uno de mis favoritos en la danza y desde siempre la figura de este mí­tico bailarí­n ha ejercido una fuerza que me ha llevado a investigar sobre su vida en el campo artí­stico, muy poco sobre su vida fuera de escena.

Pero cuando una figura como Nijinsky es todo un personaje mí­tico, uno tiene que conocer aspectos de su vida particular. Como hemos dado a conocer algunos trabajos sobre él, un lector que dice ser un consumado amante del ballet me hizo la observación de que debiera de leer el libro titulado Diario con la traducción de H.D. Moradell directo del ruso que se logró recuperar luego que Rómola Nijinsky ?su esposa- habí­a quitado del original muchas partes importantes que ella las suprimió por lo que el bailarí­n decí­a de ella y otros temas.

Hoy hace algunos dí­as el libro está en mis manos y he tenido la oportunidad de leerlo, Nijinsky siempre estuvo rodeado de leyenda desde el inicio de su vida en el ballet. Era extraordinario y muy virtuoso con una técnica perfecta y como coreógrafo», creó un nuevo concepto de la danza que sorprendió a la cultura oficial y que supuso el comienzo del ballet moderno».

Página tras página uno va recorriendo los sinsabores, las alegrí­as, sus temores y esa inquietud en la que se autonombra Dios. Es un libro muy lleno de soledad, se ve la tristeza que rodea al bailarí­n. Sus errores que enmienda y las crí­ticas a personajes como a Stravinski el famoso músico y a muchos más.

En la parte que habla de la vida dice en algunos tópicos:

«Seguí­ adelante. Caminé rápido, pues reparé en un bosquecillo que no tení­a hojas. Sentí­ frí­o en mi cuerpo. Contemplé el cielo y vi una estrella sin movimiento. Caminé. Caminé rápido, pues sentí­ calor en el cuerpo. Caminé. Comencé a bajar por un camino por donde no se veí­a nada. Eché a andar de prisa, pero me detuvo un árbol que fue mi salvación. Yo estaba ante un precipicio. Le di las gracias al árbol. í‰l me sintió, pues me habí­a aferrado a él. El árbol recibió mi calor, y yo recibí­ el calor del árbol? Comprendí­ que Dios me habí­a detenido, pues me amaba.»

Nijinsky siente una gran obsesión por Dios y como decí­amos anteriormente, él se siente que es Dios y se autonombra así­, pero pienso que lo hace no por querer llamar la atención, sino que el siente que lleva a Dios (Altí­simo- Jehová Yavhe como se le conoce en la religión cristiana) o dentro de él. Así­ lo visualizo, habrá otros que le tachan de loco por decir eso, aunque reconocemos que el artistas no estaba muy bien de su salud mental y firmaba Dios antes de su nombre. Pero como decí­amos en lo que hace referencia a Dios, él lo siente muy dentro de sí­.

En otro de sus párrafos: «…Sé que Stravinski también vive bien. Yo también vivo bien con mi mujer. Pienso que vivo bien. Stravinski, el compositor, también lo piensa. Yo sé lo que es la vida. Igor Stravinski no sabe lo que es la vida, pues no le gustó. Igor piensa que soy un enemigo de sus planes. í‰l busca el enriquecimiento y la fama. Yo no quiero enriquecimiento y fama. Stravinsky es un buen compositor de música, pero no escribe a partir de la vida. Inventa argumentos que no tienen finalidad?».

El diario también tiene versos que como dice él, le cuesta escribir poesí­a en verso, y la verdad que en ese arte creativo no es recomendable.

Sobre la muerte dice: «la muerte ha llegado inesperadamente, pues yo la querí­a. Me he dicho a mí­ mismo que no quiero seguir viviendo? he vivido poco. He vivido sólo seis meses. Me han dicho que estoy loco? Me siento triste pues todo a mi alrededor está vací­o…

Es un libro recomendable de la vida de un astro del ballet que al paso de los años aún «suena» como uno de los grandes bailarines de todos los tiempos.

El libro es de un contenido muy rico en el sentir de una persona que se encuentra muy solo, vivió solo y murió solo, pese a que todo el mundo lo admiraba y tení­a los cuidados necesarios de su esposa e hijas cuando lo hospitalizaron.