Colectivo Alas de Minerva, o la búsqueda del arte integral


Mañana, a las 16 horas, en Casa Artesanas (2a. calle 2-28 zona 1), el colectivo «Alas de Minerva» ofrecerá una actividad cultural, con la participación de varios artistas en las ramas de fotografí­a, teatro, música, literatura, cine y algunas otras sorpresas más.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

El colectivo inicia así­ su primera actividad, con la cual esperan poder inagurar una serie de encuentros culturales entre jóvenes, que no sólo busquen un momento vací­o de distracción, sino una incidencia real en la sociedad.

Es decir, buscan un arte integral; además, esperan que en próximas oportunidades se realicen también actividades sobre debate polí­tico, social y económico.

De acuerdo con Gerson Ortiz, uno de los integrantes de Colectivo «Alas de Minerva», la idea de formar esta agrupación surgió de un grupo estudiantes universitarios, con el objetivo de reunir y proyectar a través de diferentes expresiones artí­sticas (música, poesí­a, cuentos, teatro, fotografí­a, etc) las diversas perspectivas e inquietudes juveniles.

«El nombre del colectivo «Alas de Minerva» en homenaje a Minerva, una de las tres hermanas Mirabal que se opusieron combativamente a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana, quien controló bajo un régimen dictatorial aquella nación durante tres décadas, y las cuales fueron brutalmente asesinadas por ese régimen», expresó el citado representante.

«Alas de Minerva» pretende además recuperar espacios y promover la generación, debate y propuestas con un enfoque juveniles, en temas no sólo culturales, si no, también polí­ticos y sociales.

Durante la muestra

se leerán las propuestas literarias de algunos de los integrantes del «Colectivo Alas de Minerva»: He aquí­ una de ellas.

NADIE SUPO MíS DE í‰L

Arrastrando un costal lleno de silencio y soledad, aquel hombre de enorme estatura y de pocos y grises cabellos, abrió la apolillada puerta de la casa, se metió hasta la sala (no sin antes acomodar su costal en el jardí­n) y se sentó mudo sobre el viejo sofá que habí­a fabricado Isidoro en sus años de juventud. Los niños, absortos se acercaron a observarlo, su estatura era colosal y sus largos y velludos brazos eran casi tan prolongados como sus piernas, tení­a su oscura mirada perdida en la nada y una soledad casi mecánica. Antonio, el más pequeño y curioso de los niños, ante la mirada suspendida de todos preguntó quién era aquel extraño habitante?

Nadie ha dado respuesta a su pregunta y nadie ha querido sacarlo de ahí­, porque aquel hombre solitario que llegó un dí­a a este hogar, es espantosamente fantástico.

Réquiem