El sismo de 5.4 grados en la escala de Richter, con una duración de 49.1 segundos, que se registró en la mayor parte del territorio nacional a las 13:29 horas del miércoles anterior, hizo recordar a la población los lamentables acontecimientos registrados durante el terremoto del 4 de febrero de 1976, que dejó como saldo la muerte de aproximadamente 23 mil personas y la destrucción de miles de viviendas en todo el territorio nacional.
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El pasado miércoles, cuando muchas personas almorzaban y otras se dedicaban a sus actividades habituales, se produjo el movimiento telúrico que en algunos casos causó pánico e incluso la evacuación de personas en distintos edificios particulares y donde funcionan oficinas gubernamentales.
Una de las situaciones que contribuyó a aumentar el pánico y puso en alerta principalmente a los guatemaltecos residentes en el extranjero fue la noticia difundida minutos después por la cadena CNN en español, al informar, de manera irresponsable, que en Guatemala se había producido un terremoto de 6.8 grados en la escala de Richter, cuando en realidad fue de 5.4 grados.
Desde ese instante se saturaron las pocas líneas telefónicas que funcionaban, pues en su mayoría, incluyendo la telefonía móvil, quedó fuera de servicio, cuando quienes conocieron tal magnitud se trataban de comunicar con sus familiares en nuestro país, inquiriendo por su situación.
Posteriormente, El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) oficializaba la magnitud del remezón, pidiéndole a la población mantener la calma, aunque en ese momento ya se había activado la alerta naranja en el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional, de acuerdo con lo informado por Hugo Hernández, de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
De acuerdo con el director del Insivumeh, ingeniero Eddy Sánchez, con el del miércoles anterior se han producido 269 sismos en el país, de los cuales solamente han sido sensibles 21, indicando que el ocurrido ese día fue producto del acomodamiento de las placas Coco y Caribe, consideradas las más activas del país.
Llama a la calma
El presidente í“scar Berger ofreció una rueda de prensa para tratar de mantener la calma entre la población, pues la citada cadena internacional de noticias continuaba insistiendo en que se trataba de un terremoto e incluso que la parte más afectada era el departamento de San Marcos.
Las cabinas telefónicas de las estaciones de Bomberos Voluntarios y Municipales de todo el país también se vieron saturadas, pues tanto personas particulares como reporteros de los distintos medios de comunicación y funcionarios de Gobierno inquirían por la situación real en todo el país.
El Insivumeh reportó de manera oficial que el sismo se registró a las 13:29 horas con una duración de 49.1 segundos en la escala de Richter y IV en la escala de Mercalli, con epicentro a 88 kilómetros de la ciudad capital, en el departamento de Escuintla, 15 kilómetros al sur del municipio de La Gomera, en jurisdicción de la aldea Málaga, a una profundidad de 50 kilómetros.
No estamos preparados…
A criterio del diputado Héctor Pérez Rojas, con el movimiento telúrico cobra fuerza la iniciativa de ley que recientemente presentara a la dirección legislativa, mediante la cual pretende crear un fondo de 500 millones de quetzales para atender emergencias ocasionadas por desastres tales como hundimientos de terreno, tormentas tropicales y terremotos, para los cuales no estamos preparados.
Un claro ejemplo de la falta de preparación lo constituye el hundimiento que se hizo en el barrio San Antonio de la zona 6, donde pese a haber ocurrido hace varios meses y de haberse activado la alerta respectiva por parte de la Conred y decretado el Estado de Calamidad por parte del Organismo Ejecutivo, mediante el cual se autorizaron 30 millones de quetzales para la reparación de daños, a la presente fecha no se ha cumplido con la ejecución de los trabajos.