Crece desconfianza hacia la PNC


La muerte de los diputados al Parlamento Centroamericano y la posterior ejecución de los cuatro agentes de la Sección de Investigación Criminal, principales sospechosos del crimen, ha provocado en los últimos dí­as diversas reacciones, principalmente la falta de credibilidad en la institución policí­aca

Jorge Raúl Sente
jsente@lahora.com.gt

El común denominador en las opiniones de los guatemaltecos apunta a la falta de confianza en los elementos que conforman la Policí­a Nacional Civil (PNC), resultando varios de estos agentes involucrados en hechos que deberí­an de ser combatidos por ellos y no ser partí­cipes de tales delitos.

La población ve frustradas sus esperanzas de poder gozar en algún momento de seguridad ante el temor de ser reprimidos por los malos elementos que empañan un cuerpo policial que siempre ha sido criticado por diversas organizaciones de Derechos Humanos y de la sociedad civil.

Las denuncias van desde desapariciones forzadas, secuestros, violaciones, robo, hasta el asesinato, hechos ilí­citos que figuran en una larga lista de acusaciones que se han presentado en contra de agentes, oficiales e inspectores, poniendo en duda la capacidad de investigar dentro de ese organismo.

El temor alcanza también a periodistas que cubren la fuente policí­aca, ya que temen realizar preguntas o cubrir notas donde resulten involucrados agentes de la PNC.

Juana Garcí­a * (nombre ficticio)

«Cuando vemos una radiopatrulla realizando recorridos por la colonia, tenemos miedo, ya que no sabemos si vienen a cuidarnos o simplemente hacen los recorridos para poder observar a las personas que serán sus ví­ctimas en un futuro.

«Cuando pasa algo aquí­ preferimos llamar primero a los bomberos que a la Policí­a, pero como ellos también escuchan los llamados, siempre llegan».

Hay una desconfianza marcada dentro de todos los habitantes, y todo porque los mismos agentes están involucrados en cosas que supuestamente combaten.

En varias oportunidades se les ha visto platicando con integrantes de pandillas, lo que hace pensar mal de ellos, aunque solamente estén investigando.

Amarilis Jacinto* (nombre ficticio)

«Yo vengo seguido a la Torre de Tribunales a realizar varios trámites y he observado que en algunas oportunidades no permiten el ingreso de los miembros de la PNC por temor a que vengan a realizar algún trabajito o a observar a alguien para posteriormente hacerle algo, y esto pasa por los últimos acontecimientos que se han dado en el paí­s, no solo en la capital sino también en los departamentos, donde agentes resultan involucrados en hechos delictivos y se dan el lujo de pertenecer a una banda del crimen organizado. Para poder cambiar la mala imagen de los agentes, los altos mandos tienen que hacer más profesional la institución, darles mejores sueldos, ya que eso también es un factor que los pone en tentación de aceptar las mal llamadas mordidas».

Los hechos

La pesadilla para los altos mandos se inició con el secuestro y posterior asesinato de tres diputados al Parlamento Centroamericano y su piloto, hecho ocurrido el pasado 19 de febrero; posteriormente a ello se dio la ejecución de cuatro agentes que integraban la sección contra el crimen organizado, sindicados de haber participado en ese repudiable crimen. Hasta la fecha se desconoce quién o quiénes los ejecutaron, dado que las autoridades indican que se encuentran en la etapa de investigación. Luego de unos dí­as, el Ministro de Gobernación toma la decisión de separar de su cargo al jefe de la Sección de Investigación Criminal (Dinc), y también acepta la renuncia del subdirector de la PNC, Javier Figueroa, quien luego viaja con su familia a Costa Rica.

Las autoridades salvadoreñas se encuentran consternadas por el asesinato de los parlamentarios, donde se ve que impera la impunidad, y la credibilidad en la justicia de nuestro paí­s es cada dí­a más lejana

La imagen de Guatemala se ve afectada por estos acontecimientos, donde resultan involucrados agentes e investigadores de la institución.

La Procuradurí­a de los Derechos Humanos, actualmente en conjunto con la Defensorí­a Pública Penal, solicita a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que se den garantí­as al agente que se entregó en forma voluntaria y quien hoy se encuentra recluido en el preventivo de la zona 18 bajo estrictas medidas de seguridad, ya que se teme que atenten contra su vida.

Carmen Aí­da Ibarra, Fundación Myrna Mack

«Lejos de recobrar la confianza de la población, la Policí­a Nacional Civil ha perdido la poca que tení­a, como resultado de los últimos acontecimientos registrados con el cuádruple asesinato de tres diputados salvadoreños al Parlamento Centroamericano (Parlacen) y su piloto y el posterior asesinato de cuatro agentes de la Policí­a Nacional Civil de nuestro paí­s, detenidos por estos hechos».

Durante todo el posconflicto armado se registraron sucesos que han desencantado a la población, principalmente en materia de justicia y seguridad, por lo cual la gente apoya los saneamientos que se pretenden dar a esa institución.

Por lo anterior, opinó que en un paí­s donde hace falta la aplicación de justicia en muchos casos considerados de alto impacto, ha aumentado la falta de credibilidad hacia las autoridades, lo cual ha aumentado durante las últimas dos semanas.

Por tal razón, consideró Ibarra que el Presidente de la República, í“scar Berger, debe de demostrar que mantiene el control de las fuerzas de seguridad, abriendo los espacios necesarios que permitan que la población conozca lo que se realiza para terminar con la impunidad.

En cualquier otro paí­s, funcionarios como el ministro de Gobernación Carlos Vielmann y el director general de la PNC Erwin Sperisen, ya estuvieran fuera de sus cargos por situaciones menores a lo que ha ocurrido en Guatemala, consideró Ibarra, agregando que ambos son responsables de permitir esta clase de acciones fuera de la ley, al suponerse que tení­an conocimiento de ello.

Luego de su destitución, la cual se podrí­a generar después de la interpelación en el pleno del Congreso, Ibarra considera que se les deben deducir responsabilidades penales, polí­ticas y administrativas por su involucramiento directa o indirectamente.

¿Qué lectura hace de la situación actual del paí­s en materia de seguridad?

La situación es grave para los organismos del Estado que tienen relación con el tema, principalmente para el Gobierno, que es el centro del esfuerzo de la seguridad ciudadana.

Este tipo de situaciones desafortunadamente afecta a todos aquellos agentes que están haciendo su mayor esfuerzo. El involucramiento discreto de un grupo muy selecto de policí­as en actos delictivos es un costo que lo está pagando la institución de la Policí­a Nacional Civil en general. El director, si es que sigue el mismo, debe iniciar un proceso de reivindicación para que la sociedad comprenda que no todos los agentes son delincuentes.

Pareciera que la PNC no puede dar con los malos elementos de la institución hasta que cometen delitos graves. ¿Puede señalarse algún tipo de negligencia?

Uno de los mayores problemas que tiene la PNC es que carece de controles internos especí­ficos, ya que si bien existe una Oficina de Responsabilidad Profesional, ésta se dedica sólo al desempeño administrativo y no a detectar malas prácticas de los agentes desde su cargo.

¿Qué medidas podrí­an implementarse para dar con los agentes que delinquen?

Periódicamente todos los policí­as deben ser sujetos de una investigación ambiental para saber si consumen drogas. También deberí­a realizarse una prueba del polí­grafo para saber si actúan bajo lo que establece la ley. Esto generarí­a una especie de disuasión, porque los agentes sabrí­an que en cualquier momento serí­an sometidos a investigación.

Varios sectores han propuesto y exigido la destitución del Ministro de Gobernación y del Director de la PNC. ¿Ayudarí­a esta medida a solucionar el problema de seguridad?

No. El cambio del ministro generarí­a más problemas para el paí­s, porque serí­a muy difí­cil conseguir a alguien que conociera sobre el tema y que esté dispuesto a asumir el riesgo de dirigir la cartera.

En el caso del director de la PNC, es necesario despolitizar el puesto. Se debe hacer una reforma a ley interna de la institución para que permita nombrar a un director por un perí­odo de cuatro años, para que al final rinda un informe sobre su desempeño.

El Ministerio de Gobernación está constituido por varias instituciones y la PNC es sólo una más. Un salto cualitativo en este tema serí­a independizarla.

¿Qué alternativas le quedan al Gobierno para garantizar la seguridad a la población?

Lo polí­ticamente correcto es mantener en el cargo al ministro Carlos Vielmann y que se realice una revisión al equipo que conforma la PNC, aunque signifique el cambio del director. Es importante que esta institución esté dirigida por un agente de carrera.

*Con colaboración de Ricardo Marroquí­n y í‰dgar Hernández.