Poder o no poder


La salida de Otto Pérez Molina del Gabinete de Berger significó el

El año electoral inició hace tiempo, y sus efectos apenas están empezando a ser visibles en estas últimas semanas.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

Las fiestas de fin de año son propicias para tomarse el tiempo de descansar, terminar tareas pendientes, pensar en los demás, realizar compras, pero, habitualmente, es una época para reflexionar y hacer un análisis de lo ocurrido en estos doce meses.

El 2007 se vislumbra como un año difí­cil en materia polí­tica, ya que las elecciones generales de septiembre han hecho que los probables candidatos empiecen a moverse para posicionarse.

El problema básicamente consiste en que, a menos de un año de celebrarse los comicios, apenas son dos los candidatos que sobresalen en las encuestas de intención de voto para presidente.

Si se toman en cuenta esas encuestas, hoy muchos partidos polí­ticos podrí­an desaparecer ya que sus «prepresidenciables» no alcanzan el mí­nimo que requiere la ley. Eso, tomando en cuenta la mayorí­a de encuestas, ya que algunos partidos polí­ticos podrí­an ubicar a sus precandidatos más alto de lo que conoce la opinión pública.

De hecho, ni siquiera los dos candidatos que están arriba podrí­an decir que tienen una ventaja cómoda, por lo que el panorama electoral aún es indeciso.

Ante esta situación (y ante la «prohibición» de que los partidos aún no pueden realizar campañas proselitistas), han existido muchos juegos en donde algunas figuras públicas tratan de ubicarse en posiciones idóneas para alcanzar el poder en el próximo año.

Uno de estos juegos, y el más sonado en los últimos dí­as, es el caso de los correos electrónicos que intentan «manchar» la figura de precandidatos.

Otros juegos son los esfuerzos por realizar «campaña solapada» para evitar el rigor del Tribunal Supremo Electoral (TSE) a la hora de que éste ejerza su poder para prohibir campañas adelantadas.

Sólo el inicio…

Hace cuatro años, durante el gobierno de Alfonso Portillo, y ante una eventual candidatura del general retirado Efraí­n Rí­os Montt, algunos grupos de poder vinculados al sector empresarial, observaron en estas dos figuras al enemigo a vencer.

Los acontecimientos ocurridos en los llamados «Jueves negro» y «Viernes de luto» reforzaron esa idea de que ellos eran el enemigo a vencer. Todo ello sirvió para que los sectores de la sociedad buscaran una «histórica» alianza para impulsar a un candidato único hacia la presidencia.

Obviamente, el candidato idóneo era el actual presidente í“scar Berger, quien, a diferencia de las encuestas actuales, él dominaba las encuestas del 2002 por una amplia diferencia; era imposible que perdiera.

Sin embargo, las pugnas internas dentro del Partido de Avanzada Nacional (PAN) provocaron la salida del entonces precandidato Berger, para buscar otra plataforma polí­tica para impulsar su candidatura.

La historia le dio la razón, ya que a través de una alianza de partidos pequeños ganó la presidencia, haciendo valer su buena aceptación dentro de las encuestas.

Los partidos de esa alianza (Partido Patriota, PP, Movimiento Reformador, MR, y Partido Solidaridad Nacional, PSN; además, un grupo conocido como el M-17) estaban formados por lí­deres de los sectores empresariales, unidos con algunos sectores sociales, que, al ver al «enemigo común» en el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), decidieron apoyar la «gran alianza».

Una vez instalados en el poder, el Gabinete del mandatario Berger, que, por cierto, se vio reforzado por las figuras de los comisionados presidenciales, empezó a sufrir algunos daños en forma muy temprana.

Otto Pérez Molina, el entonces Comisionado para la Seguridad y lí­der del PP, anunció su retiro del Gabinete. Pronto, la bancada de ese partido dentro del Congreso de la República empezó a desgranar al bloque conocido como Gran Alianza Nacional, GANA.

Luego, ocurrieron otras renuncias. Pero, de las que tuvieron un alto coste polí­tico, está la retirada de Jorge Briz como Canciller, lo cual provocó la salida de los diputados del MR de la GANA.

También se sufrió la salida de los diputados afines al PSN, que ya no era partido, pues habí­a cedido su ficha para formar el partido de la GANA.

Este partido, entonces, de alianza ya no tuvo mucho, y quedó sólo con lo que se autodenominaba M-17.

Luego vino la convocatoria para las elecciones primarias dentro de la GANA, en donde el favorito era Eduardo González, y acompañado por ílvaro Aguilar y el «invitado» Francisco Arredondo. Después, lo que todos sabemos que pasó… (para un análisis más completo de esta «historia», le aconsejo el artí­culo El bloque en el poder y las elecciones generales 2007, escrito por Alfredo Anckermann, que apareció en la revista El Observador. Análisis Alternativo sobre Polí­tica y Economí­a. Si me escribe a mi correo, yo podrí­a enviarle una copia electrónica).

El juego polí­tico

El desgrane de la GANA también significó una partición dentro de los grupos hegemónicos del paí­s. Si éstos apoyaron a esta alianza, al desbaratarse también debió de haber provocado una separación en los sectores empresariales.

Por tal razón, ha habido varios acontecimientos. Para el analista independiente Raúl Bolaños, experto en estudios latinoamericanos, el primero de estos hechos está en la prematura campaña polí­tica que se desarrolla.

Para Bolaños, «el gobierno actual logró articular una alianza electoral efectiva, integrando grupos empresariales y sociales, pero sin un proyecto polí­tico común o aglutinador, haciendo prevalecer en mayor grado, la agenda sectorial. Los sectores hegemónicos que la conformaron, la han dividido tanto, que ha dejado de ser una fuerza capaz de asegurarles la continuidad gubernamental y, en consecuencia, el control del poder polí­tico por cuatro años más».

Según este analista, el segundo de los acontecimientos se encuentra en los operativos de Pavón, el 25 de septiembre pasado. «La operación fue calificada por la opinión pública como la de mayor impacto por la administración actual, que sin embargo, limitaba y presionaba al poder paralelo, ya que el Gobierno podrí­a tomar medidas más drásticas».

De acuerdo con Bolaños, esto trajo consigo la opinión generalizada de un gobierno con posibilidades de proyectarse y la aparición de un «gallo tapado», para las elecciones generales. La repentina retirada del ex ministro Aguilar, abrí­a las puertas a un proyecto alternativo dentro del partido de gobierno.

«Probablemente las medidas tomadas en las intervenciones en centros nocturnos intenta convencernos de una aparente integralidad en el manejo de la polí­tica de seguridad, pero en la realidad, no es otra cosa, que bajarle el perfil a Giammattei, para disminuir el efecto mediático que catapultó su figura, como artí­fice y principal responsable de la operación en Pavón», refirió Bolaños.

Un tercer acontecimiento se identifica con la intervención de Bancafé, que atado a la pérdida de la Junta Directiva del Congreso de la República, en materia polí­tica, no significa otra cosa más que la derrota de González y del grupo M-17.

«El escenario futuro se torna sumamente complejo, difí­cil y peligroso para el paí­s. En términos polí­ticos, las elecciones del 2003 fueron mucho más evidentes en torno a las coaliciones. Recuperar los privilegios perdidos por parte del sector hegemónico producto de la pugna ejercida con el emergente, forzó a gestar alianzas con el movimiento social», refirió el analista independiente.

Para concluir, Bolaños refirió que «de alguna forma existí­a un enemigo común, encarnado en la figura de Rí­os Montt y la continuidad del FRG. Si la tónica se mantiene, el capital polí­tico de Rí­os Montt y el FRG, será para negociar y evitar su persecución penal».

Campañas negras

Las campañas negras a través de los correos electrónicos, también representan juegos de poder para posicionarse dentro del espectro polí­tico; o más bien, para sacar de ese espectro a algunas figuras públicas.

Para Francisco Garcí­a, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Polí­ticos (INCEP) esta campaña sucia electrónica es producida por grupos y estructuras que cuentan con redes de inteligencia informales, que en el caso de las elecciones de México, recién concluidas, estuvieron presentes hasta el dí­a de los comicios, llamando a los celulares de los ciudadanos que estaban formados en las colas para votar. Mentiras que tení­an como objetivo desprestigiar a López Obrador, candidato del PRD.

«En Guatemala, este precedente anticipa una bien orquestada campaña para desprestigiar a los actores que supuestamente tienen alguna oposición a los grupos tradicionales de poder. Así­ que la campaña contra Colom, o en términos de la banca, contra quienes tienen la posibilidad de disputar los primeros puestos en ese sector», refiere Garcí­a.

Según el analista del INCEP, un correo electrónico, el cual llevaba por tí­tulo A la opinión pública de parte de Manuel Eduardo González Castillo, tení­a como objetivo producir contradicciones entre uno de los grupos económicos de gran poder, aprovechando las debilidades administrativas de dicho banquero.

«Aquí­ actuó un actor externo y tercero, con interés en producir un escenario que también pretendí­a desprestigiar a los dueños de una de las corporaciones de mayor peso en el paí­s. Similar modus operandi se observó posteriormente con el tema de los viajes de tres diputados muy cercanos a González», refirió el analista polí­tico.

De acuerdo con sus opiniones, las consecuencias de ese tipo de información es lo que se denomina diversionismo puro y salvaje. Pero algo que debe quedar muy claro, es que para ese tipo de campaña se requiere de una estructura y recursos económicos para lanzar las bolas y darle seguimiento al impacto de las mismas.

«Es de esperarse que estos precedentes sirvieron de práctica, la cual perfeccionada, desplegará toda su capacidad a lo largo de la campaña electoral, concluyendo hasta el dí­a de los comicios», refiere Garcí­a.

Terminó recomendando a las fuerzas de seguridad para que rastrearan este tipo de mensajes para detener o neutralizar a los responsables. «De lo contrario, tendremos un evento electoral atí­pico. Nuevamente la impunidad parece que va a prevalecer», finalizó.