La Gana se desgrana


La polí­tica, fácilmente muestra su lado flaco pero veleidoso. En nuestro medio dista de ser la excepción, visto está. Cualquier situación semeja una bomba de tiempo, dispuesta a estallar. El hecho de que sus protagonistas son seres humanos impulsivos, no reflexivos influye poderosamente a su degradación.

Juan de Dios Rojas
jddrojas@yahoo.com

Ejemplos concretos abundan en el cotarro cimarrón. Esta ocasión de primera plana lo constituye el cisma en las filas oficiales. Tal división obedece en el seno de la Gana, a seguidores de los diputados Jorge Méndez Herbruger y Jaime Martí­nez Lohayza, por un lado, y por el otro a que sean expulsados los mismos.

A estas alturas cuando el reloj del tiempo inexorable de acercamiento a la toma de posesión ansiosa de nuevos diputados, sucede el intrí­ngulis. De consiguiente, el que fuera partido gobernante se desgrana, a no dudar. Colofón indudable viene a ser que su bancada disminuirá, ni vuelta de hoja. Flor de un dí­a.

Un simple análisis referente al nuevo organismo Legislativo da la pauta para adelantar de nuevo también el caso que no habrá ninguna aplanadora. Suceso digno de aprobación, por cuanto experiencias anteriores recogen casos de triste recordación.

Pues bien, la debilitación del partido Gana obedece sustantivamente a la indemnización a quienes se van. El cisma en mención da lugar a subrayar cómo los partidos son transitorios en Guatemala con mayor frecuencia. Pero aquí­ sirve en definitiva a que ocurran incidentes parlamentarios a menudo.

Haber dado su apoyo al polémico decreto 72-2007, sirvió, mejor dicho ha valido a «los padres de la patria» Méndez y Lohayz someterse al Tribunal de Honor. Es allí­ en el santo oficio de la Gana donde se dilucidará su sanción que alborotó aires con ventarrón, y el consiguiente desgrane.

En torno el candente asunto de orden interno, empero que trasciende de inmediato, se conocen criterios diversos. Reitero, la polí­tica es como una radiografí­a de las cualidades y desventajas de las personas enroladas. A partir de acceder el cargo, pierde privacidad en todo sentido su vida privada para dar paso a la pública.

De esa suerte, personas tildadas de figuras cimeras expresan puntos de vista en favor y en contra de dicha situación. Algunos opinan que el perfil democrático queda escondido. Por su parte dan a luz pública hechos válidos respecto a tan llevado y traí­do caso, talvez de Riple, ¿qúe dicen los lectores(as).

Caben las siguientes hipótesis. ¿Se estarán ahogando en un vaso de agua? ¿Se trata de curarse en salud? ¿Muestran acaso su ñeque ante quienes llegan de nuevos? Eso y mucho más traza ya en el recinto parlamentario la posición de los oficialistas de aquí­ en adelante. Está por verse, al final de cuentas.

Sobre el debatido tema suscitado por hechos como la indemnización diputadil en salmuera, hay que adicionar el criterio del presidente Berger. Advierte en su tono particular que «la puerta es grande y es el mejor momento para salir». Aplicado a propósito de que a quienes no les avolunte lo hecho, enfilen por ese rumbo.

Inclusive corre la vox pópuli a lo largo y ancho del panorama nacional similar parecer, en el sentido que los diputados deben reconocer su error. Por-que lo demás son tortas y pan pintado. Incluyo de mi parte el aforismo latino de sobra conocido: Errarum humanun est.