R E A L I D A R I O (DXCVII)


Ecoterrorismo suicida. Todos llevamos a un ecoterrorista adentro. Unos somos mucho menos ecoterroristas que otros. Algunos, los grandes, viven de la utilización irracional de los recursos no renovables, pero también de la violencia y el asesinato de la madre naturaleza. Ahora negocian, imponen condiciones, tratan de arriesgar poco a nada, chantajean, sobornan, ejercen coerción y retardación en los regateados compromisos, son renuentes en mitigar sus privilegios y beneficios. Fanáticos de su bienestar a expensas del calentamiento global y el cambio climático, ví­a emisión de gases de efecto invernadero, principalmente. La naturaleza viviseccionada en la mesa internacional de negociaciones o de acuerdos no vinculantes: cifras, porcentajes, estadí­sticas, evidencias que ponen en jaque los grandes intereses industriales y geopolí­ticos. Han hecho leña del árbol del conocimiento y ahora son como dioses, los soberbios dioses del paraí­so perdido y el suicidio global.

René Leiva

¡Cuidado!, no dar vuelta a la hoja. En aras del Estado de derecho, de que la justicia sea servida y que impere, reine o prevalezca la ley, es imprescindible y vital impedir darle vuelta a la hoja; o sea conservar la hoja como está en tanto no se hagan las revisiones, correcciones, apuntes y acotaciones pertinentes, no necesariamente al margen. Jamás debe darse vuelta a la hoja o doblar la hoja mientras existan cuentas pendientes con la justicia, presuntos implicados en libertad, sospechas, cabos sueltos, gato encerrado, tela que cortar, cortinas de humo no disipadas, evasores de impuestos, cómplices de todo tipo, autores intelectuales, omisiones de denuncia, medidas prostitutivas, servicio de abogánsters, testigos silenciados, jueces sobornados, fiscales mediatizados, pruebas adulteradas, derecho a antejuicio, inmunidades aberrantes, indemnizaciones espurias… En tales circunstancias, con más o menos elementos agravantes, dar la vuelta a la hoja constituye una arbitrariedad cómplice igual o peor que cualquier otra injusticia o conflicto. Si se da vuelta a la ahoja y aún no se ha aclarado nada todaví­a existen muchas sombras, eso serí­a cubrir toda la cosa con el famoso y ubicuo manto de la impunidad; serí­a invitar a violar la ley en pleno dí­a, a delinquir sin pena, a fomentar el mantenimiento de nuestro proverbial atraso jurí­dico o el desencadenamiento de una tragedia doméstica. Aunque nos ofenda y avergí¼ence lo que revela la hoja, no le demos vuelta, dejémosla así­, para mientras, aunque sea sólo para guardar las apariencias.

Color diseño. . . y gramática. En cualquier publicación periódica, más que el color, el diseño y las ilustraciones, dirigidos a lo visual, cobra importancia esencial la corrección en el uso de nuestra lengua o idioma, el español: sintaxis, semántico, morfologí­a, ortografí­a… Discutible como pueda ser el inédito aserto, una sola palabra vale más que muchas imágenes, según su empleo y contexto. Al principio fue el Verbo, antes de la luz y de las formas exteriores. La palabra como origen y término de todo. Todo cuanto impresiona al espí­ritu se traduce en palabras, incluido el silencio. (Por mi parte, al releer mis artí­culos en estas venerables páginas, me gustarí­a encontrarme con los errores, omisiones o inexactitudes gramaticales únicamente a mí­ atribuibles, conforme los originales. Quien esté libre de lapsus cálami que arroje la primera pluma).

Aviso. Todo el personal técnico, administrativo y artí­stico de Realidario, por este medio, avisa a sus clientes, anunciantes y amigos que con motivo de las fiestas de fin de año ?la época más linda– se tomará unas breves pero intensas y merecidas vacaciones, por lo que se debe tomar debida nota. Y recuerde: si maneja no beba, pero si bebe, invite. (Por cierto, este año la gloriosa Vuelta «Concepción Reyes» está dedicada, como no podí­a ser de otra manera, a una de nuestras glorias nacionales, veterano lí­der, con premios de montaña y varios suéteres Venado en su haber, como lo es el tetracampeón, ingeniero ílvaro Colom Caballeros.) Hasta 2008, si dios, Baco y la delincuencia ?no necesariamente en ese orden- lo permiten.