El Organismo Ejecutivo está integrado por los ministerios, secretarías, fondos sociales gobernaciones departamentales y demás órganos y entidades que dependen del Ejecutivo.
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Es responsabilidad del Presidente y Vicepresidente velar porque la administración pública se desarrolle en armonía, en un régimen jurídico administrativo de eficiencia y eficacia. El Presidente preside el Gabinete General y el Vicepresidente coordina los gabinetes específicos, todo esto subordinado a la pirámide jurídica; es decir, a la Constitución de la República, Ley del Organismo Ejecutivo y demás leyes vigentes.
Un gobierno será exitoso si logra impulsar su plan de gobierno y satisface el bien común, por ello es importante a quienes se elija para integrar ministerios, secretarías, fondos sociales y demás dependencias en el Organismo Ejecutivo.
En diciembre del año 1999, una vez electo el binomio presidencial que a la ciudadanía propuso el FRG, nos reunimos Alfonso Portillo, Efraín Ríos Montt y yo para decidir y acordar quiénes integrarían el Gabinete. Consecuentemente es inevadible la responsabilidad inicial que se tiene al haber determinado conjuntamente los nombramientos del Gabinete.
Difícilmente se puede lograr un Gabinete homogéneo, en nuestro caso las propuestas vinieron de o a través de las tres personas indicadas. En lo particular, propuse a Juan Francisco Alfaro, Raúl Archila y por supuesto estuve de acuerdo -sin reserva alguna- con el nombramiento de Mario Bolaños, Gabriel Orellana y Eduardo Weymann. El resto de los ministros y directores de fondos fueron una mezcla entre personas que merecían la confianza y la anuencia del Presidente y del Secretario General del partido, aunque sería impropio decir que objeté a alguno de ellos, con la salvedad que al no conocer mayormente a varios, no podría decir que estuve incondicionalmente de acuerdo.
Varios ministros no venían de las raíces del partido, hecho también comprensible pues en esta determinación el Presidente es quien mayor cuota de decisión posee. Las secretarías de la Presidencia fueron decididas prácticamente todas por el Presidente de la República; así como las de la Vicepresidencia fueron de mi responsabilidad.
Partir, iniciar un gobierno es pasar de la teoría a la práctica. Desde el principio hay que organizar y planificar el ritmo de trabajo que haga que este grupo de personas de confianza se integren y actúen como una orquesta, que no toque a destiempo cada uno de ellos, que no pierdan el concepto que aunque fueron propuestos por distintas personas y no todos son miembros activos del partido que recibió la confianza de los votantes para que su binomio presidencial fuera el triunfador, sí son todos responsables del éxito o del fracaso de la gestión de gobierno.
Una de las primeras manifestaciones que se reciben en las reuniones de Gabinete es que el ministerio o la secretaría del que habla no tiene suficientes recursos económicos, a este planteamiento siempre respondimos que con mucho gusto resolveríamos el aumento de recursos si nos decían a qué otro ministerio o dependencia se los quitábamos o de dónde obteníamos recursos adicionales para satisfacer las muchas necesidades.
El segundo aspecto que se le presenta a los ministros y algunos de los secretarios es la avalancha de solicitudes partidarias que a través del Comité Ejecutivo del partido o de cada uno de los diputados que integran el Congreso se dan para que personas afines al partido o a ellos llenen puestos en la administración pública.
Continuará.