Escribo este artículo al salir del foro llevado a cabo en el Hotel Pan American, sobre el asunto tan temido por los gobernantes, agua y recursos naturales renovables.
Un muldisciplinario grupo de nombrados ciudadanos honorables, fuimos convocados para participar por ese ente tan necesario en el desarrollo de Guatemala. Un honor, por supuesto, aunque el más sorprendido fui yo, un ciudadano común que ha defendido a Guatemala en cada puesto que ha desempeñado, desde la creación de las áreas de reserva de Guatemala, con el criterio del uso de los recursos naturales, adecuado y en base a las leyes existentes.
Según el director de CALAS, un currículo de un quehacer por Guatemala y en Guatemala, a costa de lo que fue y es necesario. Desde el creador de las áreas de Petén con Compañeros de Las Américas, primer director del Centro Universitario de Petén, Gobernador Departamental, puesto en donde pasando sobre las órdenes de quien fuese, denuncié la corrupción de tala de madera y el inicio de esta corrupción actualmente impuesta en Guatemala. Consta en el Siglo XXI de la época, lo que le valió al periodista José Rubén Zamora, su salida de ese órgano corporativo. El periodista que escribió aún está exilado en Canadá ante la persecución a que se vio sometido.
También desempeñé la vicepresidencia de Pro Petén, primer Supervisor General de Chixoy, director ejecutivo del Asfalto Flores-Tikal y asesor en el asfalto La Ruidosa-San Luis Petén, parte activa en el 90 % de la infraestructura educacional y obra física del mencionado departamento.
Podrá el culto lector imaginarse cómo me sentí después de compartir la mesa directiva con altos representantes del medio ambiente de Guatemala, quienes poseen títulos internacionales, mientras a mí sólo acompañar la pobreza y necesidades de mi pueblo, sentarme en cualquier lugar a degustar una tortilla con chile habanero, mi experiencia internacional. Mi base universitaria sirvió para desde el lugar indicado y fuera de cualquier sectarismo político pudiese ver la realidad nacional, no solo desde las aulas del desarrollo universitario, sino con la experiencia que la vida proporciona. La no aceptación para optar a una plaza en La Pittsburg Desmoines y mi retorno a Guatemala, fue un designio algo sobrenatural.
Se vislumbran medidas de «Mátalas callando», como promover la construcción de Xalbal, entre INDE y Gobierno, loable si se llenan los requisitos legales necesarios y prioritariamente, se analiza la situación de los habitantes del área de embalse; nunca más como el exterminio indiscriminado de los pobladores de la cuenca del Chixoy.
Aunque personalmente sigo insistiendo en que deben ser los inversionistas nacionales los autores y ejecutores de la obra, al mismo tiempo las otras dos, con lo que aparte de llevar a cabo educación, se originara trabajo en áreas de alta pobreza.