Al llegar la tarde, una de las cosas que más me gustaba era interrumpir la lectura tan concentrada que tenía mi señor padre, el filósofo León Aguilera, diciéndole: «Papi, ya vino La Hora…» «bueno chiquitilla léame el titular…» me contestaba. Ahora, que soy columnista de este diario que hoy cumple 87 años de exitosa labor activa y heroica, siento una gran satisfacción de poder escribir y expresar el cariño que siempre le he tenido a Diario La Hora, porque en mi casa se esperaba con ansia, junto con el recordado diario El Imparcial, especialmente porque ambos periódicos publicaban las noticias más relevantes y de última hora para ser leídas ese mismo día en la tarde. En el año de 1920 el licenciado Clemente Marroquín Rojas fundó Diario La Hora, con un alcance futurista que ha llegado hasta nuestros días como una necesidad dentro de la tromba de injusticias, corrupción y abandono que ha vivido Guatemala, y que desde la fundación de este vespertino se han denunciado con valentía. León Aguilera escribió en una de sus Urnas del Tiempo: «En Clemente Marroquín Rojas se funden tres vigorosas personalidades: el periodista, el político y escritor. Tres distintas en una sola; de la trimurti el periodista alcanza la cima de 50 años de recio y tempestuoso ascender intelectual. Periodista no de escuela, no de técnica aprendida, no de cartabones prescritos». Y continúa: «La Hora es Clemente Marroquín Rojas, es el ceño de su intelecto, su cólera, su diatriba contra lo que encuentra malo a su paso… La Hora surge en el momento de decisiones tremendas para botar una larga tiranía en el año 20. La Hora acomete cuando hay que detener el terror ubiquista. Es un sufriente de su causa.
Sirve sus comentarios palpitantes como vísceras vivas. Ilumina sus pensamientos en relámpagos. Se nos vienen como marejada incansable. Es un rompiente en el mar de las décadas». Y cuando en el año de 1978 Clemente Marroquín Rojas fallece, León Aguilera escribió en su Urna titulada «Clemente el grande»: «Clemente se ha ido. No vuelve… ¡Cuidado! La Hora vive como su monumento en marcha y están sus cachorros. Ahora entra en la leyenda y la historia y queda como el Clemente el Grande, de las letras de belicismo cívico». Y se ha cumplido al pie de la letra, porque Diario La Hora continúa siendo la voz del pueblo, la voz de la verdad, la voz de la cultura, en manos de sus sucesores, licenciados Oscar Marroquín Rojas, actual Presidente Honorario; Oscar Clemente Marroquín, Presidente del Consejo de Administración y por supuesto los jóvenes familiares esforzados y valiente que siguen el ejemplo visionario de su fundador. Uno de los artículos que más revuelo causó en mi casa fue el titulado: «Con María del Mar en mi vieja casa de Jalapa», escrito por Clemente Marroquín Rojas y publicado en Diario La Hora, en 1965. Mi señora madre María del Mar me contaba esta historia, y me decía que así como algunas personas leían todo el artículo, otras solamente leían el titular; ese día no dejaba de sonar el que ahora para mí es un antiguo teléfono de disco marca Siemens. Para ustedes una muestra del artículo en cuestión: «Ya me imagino la cara agria que va a poner don León Aguilera al leer este titular. Pero es la verdad: María del Mar estuvo conmigo en mi casa de Jalapa y creo que estuvimos contentos. Pero no vaya a creer Leoncito que ella y yo estuvimos solos cual si se tratase de una cita amorosa. No, señores, nada de eso. Había más de 30 personas de las que asistieron a los actos de «Acción Conjunta», ese plan de trabajo que dirige doña Moli Molina al frente de la Secretaría de Bienestar Social…» y más adelante anota: «Ya estoy pensando que los lectores iban a creer otra cosa…» Sean estos recuerdos un homenaje a Diario La Hora en su 87 aniversario.