En medio del desastre de Salud del gobierno de í“scar Berger debo reconocer, y ya lo he dicho antes, que a mi juicio lo único que lo salva es haber sacado del desván de las vergí¼enzas nacionales el tema de la Desnutrición Infantil. Desconozco los méritos del trabajo de la Secretaría o Comisión de Seguridad Alimentaria creada, pero con el solo hecho de abrir esa discusión ya es suficiente mérito, antes era uno de tantos tópicos que no se debían mencionar por incómodos; digo esto porque todos tenemos alguna responsabilidad al vivir en una sociedad en donde miles de niños nacen y mueren con hambre.
Como resultado del interés despertado, me llamó la atención un artículo escrito en un matutino el martes de esta semana por el columnista César García, presidente de una empresa de consultaría. El artículo dice en su titular «:Kwashiorkor», termino de dominio médico, pero ajeno a otras disciplinas. No obstante no ser un conocedor a fondo del tema de las carencias nutricionales, el licenciado García al hacerlo señala el iceberg que se encuentra oculto por debajo, se da cuenta del lastre que la desnutrición significa para el futuro del país al lastimar groseramente a nuestro recurso más valioso, nuestra gente y en particular la niñez.
Aprovecho para hacer algunas observaciones al mencionado artículo del licenciado García haciendo la salvedad que no conoce algunos aspectos de un tema que no es nuestra disciplina de trabajo, no es motivo de pena, lo importante es la finalidad con que lo hizo y por ello es encomiable su aportación.
A propósito, una persona me comentaba que el señor Andrés Botrán antes Comisionado de la Presidencia no sabia mayor cosa sobre el tema al inicio de su gestión, pero al final lo manejaba con soltura. El conocimiento adquirido parece haberlo distanciado del Presidente que insistia en darle un tratamiento focalizado a la desnutrición sin involucrar a los sectores relacionados con su causa, siendo un problema mutidisciplinario en donde al final se concluye que su origen es la pobreza extrema, los bajos salarios y la falta de oportunidades, todo ello dentro del marco del subdesarrollo propio de los terceros mundos.
Es un error lo mencionado por el licenciado García al decir: «el kwashorkor aqueja a los niños desnutridos crónicos «porque el kwashiorkor es el cuadro del niño desnutrido en etapa aguda, la desnutrición crónica se refiere a la talla corta para su edad que afecta en Guatemala a uno de cada dos niños menores de 5 años, es la secuela pues de lo que llamamos desnutrición crónica y cuyo resultado al cabo del tiempo es talla corta. El niño con Kwashiorkor luce enfermo, hinchado por la falta de proteinas y con el cabello desprendible, presenta lesiones sangrantes en la piel y aparece quejumbroso y triste, su sistema de defensas está deprimido por falta de Globulinas que son proteínas cuya carencia lo hace susceptible de contraer infecciones y agravar su situación nutricional o morir.
El desnutrido crónico es el niño de talla corta que se fue adaptando a la falta de nutrientes de su dieta creciendo más lentamente y economizando energía, son los lustradores de zapatos que vemos en las calles de la gran ciudad, mientras los niños con kwashiorkor se encuentran la mayoría de veces internados en los hospitales, unos y otros pueden presentar retraso mental y afectación de las destrezas motoras. El kwashiorkor fue descrito por la doctora Cecily Williams en Accra Ghana antigua Costa de Oro en 1933, se llamó así porque en el dialecto Ga, es la enfermedad del primer niño cuando nace el segundo. La madre deja de dar de mamar al primero que al ser destetado es alimentado con atoles que no tienen las proteínas de la leche y por eso enferma. El licenciado García señala que hay dos tipos de desnutridos: el kwashiorkoy ya descrito y el marasmo, el primero se debe a falta de proteínas y el segundo a falta de calorías suficientes. El primer cuadro se observa en niños entre 2 y 3 años de edad después del destete, mientras el segundo en edad más temprana.
La falta de calorías al niño con marasmo lo hace consumir su masa muscular, no están hinchados, al contrario son esos niños esqueléticos que se ven en los campos de concentración o en las hambrunas de ífrica. Le faltó señalar un tercer cuadro que es el más frecuente y tiene un poco de los dos anteriores y llamamos el kwashiorkor marasmático, en este hay carencia de proteínas y de calorías.
El desnutrido crónico como decíamos antes puede hacer encajado en cualquiera de los tres cuadros mencionados o ser simplemente un niño en el que la falta de nutrientes lo condujo a tener talla corta para su edad.
Como dice el licenciado García» es menester que la desnutrición infantil se convierta en lo que siempre debió ser: prioridad nacional.