El procurador general de Egipto dijo el domingo que citó formalmente a Hosni Mubarak para que se presente en su juicio, el más claro indicio de que el expresidente será traído al tribunal de El Cairo esta semana a pesar de las dudas sobre su estado de salud.
Si se presenta en la audiencia de apertura programada para el miércoles en un improvisado tribunal construido en la academia de la policía nacional, Mubarak enfrentará a una audiencia de cientos de personas, entre las que habrá familiares de algunos de los 850 manifestantes asesinados en la represión del levantamiento de 18 días que lo obligó a dimitir en febrero.
Activistas creen que la salud de Mubarak se usa como excusa para aplazar su proceso.
El procurador general Abdel-Meguid Mahmud pidió al jefe de seguridad que arreglara la presencia de Mubarak en la corte para hacer frente a las acusaciones de que ordenó el asesinato de manifestantes.
El ministro del Interior Mansur el-Isawi «recibió una petición del procurador general en la que le pide que el ex presidente Hosni Mubarak se presente en el juzgado el 3 de agosto», decía un comunicado leído por la agencia de noticias oficial el domingo.
A menos que tenga un fallo cardíaco, Mubarak debe ahora presentarse en la corte o se arriesga a recibir la máxima pena de ejecución si es juzgado en ausencia y declarado culpable, dijo Naser Amin, un abogado de derechos humanos que planea asistir al juicio pero que no participa en el proceso.
Luego de renunciar al poder el 11 de febrero, Mubarak, de 83 años, dejó El Cairo y partió hacia el destino turístico de Sharm el-Sheij. Posteriormente fue internado en un hospital para recibir tratamiento por problemas cardíacos. Ha permanecido en el nosocomio bajo custodia de la policía y no ha aparecido en público desde entonces.
El domingo, el director del hospital, Mohamed Fathalá, dijo a la AP que Mubarak tuvo una revisión de rutina y que su condición era relativamente estable. En días recientes, los doctores que atienden a Mubarak dijeron que estaba débil y perdiendo peso porque se rehusaba a comer o que comía poco. También dijeron que sufría de depresión.
Un juicio público para Mubarak y sus más altos asesores es una de las principales exigencias de los manifestantes que derrocaron a su régimen.
Todas las audiencias serán transmitidas en vivo por la televisión estatal.
Junto con Mubarak, serán enjuiciados su jefe de seguridad Habib el-Adly y seis altos oficiales de la policía. Enfrentan posibles sentencias de muerte si se les declara culpables de haber ordenado el uso de fuerza letal contra manifestantes.
Los hijos de Mubarak, Gamal y Alaa, también serán juzgados junto con su padre y un socio por cargos de corrupción. El empresario Huseín Salem está prófugo y será juzgado en ausencia.
El juez Ahmed Rifaat dijo en conferencia de prensa que permitirá que 600 personas asistan al juicio, incluidos abogados de la defensa, familiares de las víctimas y de Mubarak, y periodistas.
«Es el derecho del pueblo egipcio estar seguro de que lo que ocurre en los tribunales es acorde a la ley», dijo Rifaat.
También prometió que el juicio será expedito.