Esta mañana, leyendo las informaciones sobre el ingreso del huracán Félix a territorio centroamericano, me alarmó la predicción que hacen algunos expertos en el sentido de que ya no saldrá otra vez al Mar Caribe y que irá perdiendo fuerza en una trayectoria que le puede llevar a cruzar el centro del territorio de Honduras para llegar luego a Guatemala, también en la parte central, donde se irá debilitando pero no sin antes dejar una tremenda cantidad de agua. Obviamente no estamos en riesgo de que los vientos huracanados nos hagan daño, pero sí en riesgo de que se produzca una precipitación pluvial como la del Mitch que afecte a muchas regiones del país.
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Ojalá sea una predicción agorera que no se cumpla porque Guatemala no está preparada para enfrentar una situación así y menos a horas de que tengamos que acudir a las urnas, lo que afectaría sobre todo al voto rural. Pero más que el impacto indudable que ello tendría en el resultado electoral, hay que tomar en cuenta que habría consecuencias lamentables como las que vimos cuando anteriores tormentas han llegado al territorio nacional. No hemos mejorado nuestra infraestructura y el mantenimiento de la misma sigue siendo lamentable, por lo que sinceramente pienso que si la tormenta toma el curso que predicen los expertos en huracanes, habrá que esperar que Dios nos ayude.
Según las noticias, en Nicaragua y en Honduras han funcionado con alguna eficiencia los mecanismos de defensa civil que han implementado luego de la experiencia del Mitch. En nuestro país las autoridades se mostraron hoy optimistas de que el fenómeno no llegue a ser tan dañino como piensan los expertos internacionales y en Conred manifestaron confianza de que vaya disminuyendo la fuerza del disturbio hasta quedar en un problema de aguaceros más o menos normales. Es de esperar que nuestros expertos estén haciendo una buena evaluación porque nadie quisiera que ocurra algo devastador o daños similares a los que sufrimos cuando anteriores tormentas fueron relativamente estacionarias.
Hasta el día de hoy, como me decía un cubano que sabe bastante de cómo se prepara a la gente ante eventualidades de este tipo, los que hablan de Félix lo hacen en función de lo que puede significar para las elecciones, pero no en términos de mantener informada a la población sobre posibles consecuencias. Se sabe que en Honduras ya hay aguaceros importantes y que las autoridades han reaccionado con diligencia para evacuar a quienes están en lugares de riesgo, no obstante que las primeras previsiones eran para atender a gente en la costa norte y ahora resulta que esperan el desplazamiento en dirección más al sur.
Para Guatemala esta tormenta puede ser, además de dañina desde el punto de vista de la infraestructura, decisiva en términos electorales porque si la población del interior del país sufre consecuencias que la inmovilicen e impidan que se desplace a los lugares de votación, el peso del voto urbano puede dar un vuelco a la situación que hasta ahora parece más o menos como una especie de lotería cantada.
En resumidas cuentas, ojalá que los técnicos del Insivumeh y los expertos de Conred estén en lo cierto y que Félix no llegue a ser problema de ninguna naturaleza y que pese a la fuerza con que entró al territorio centroamericano, quede como anécdota de la vulnerabilidad del proceso electoral en estas fechas.