El problema no sólo está en las personas,


En la primera parte del escrito comenté las respuestas del Ing. Manuel Ayau a algunas de las preguntas que le hiciera elPeriódico en entrevista publicada el 29 del pasado mes, en relación a los problemas nacionales y a las próximas elecciones, titulada «EL PROBLEMA NO ESTí EN LAS PERSONAS, SINO EN EL SISTEMA». No estando totalmente de acuerdo con esa afirmación, yo considero que el problema no sólo está en el sistema sino también en las personas y en el anterior escrito expliqué por qué y opiné respecto a sus respuestas a las interrogantes: «Â¿Qué espera del resultado de este proceso electoral»? y ¿Qué tiene que cambiar en nuestra Constitución para respetar esos derechos?». (En referencia a los individuales).

Alfonso Bauer

A otras preguntas respondió que la única manera de sacar de la pobreza a la gente es causando demanda por sus servicios y que cada empresario nuevo necesita de trabajadores para hacer rendir su capital y que, a medida que venga capital, se requerirá más mano de obra, pero duda que venga porque el capital irá sólo a donde rinde más, pero en Guatemala nuestra legislación laboral puede desalentar la inversión.

Ese criterio es el estribillo de los empleadores explotadores de la mano de obra, pero en la realidad lo que está ocurriendo ahora es que con el avance de la tecnologí­a, ha disminuido la contratación de trabajadores por la mecanización en la industria y los servicios y, además, con relación a las normas del Código del Trabajo y legislación laboral, el empresariado privado y aún el Estado y sus instituciones descentralizadas y autónomas, si dan empleo lo hacen al margen del principio tutelar de las normas del derecho de trabajo, mediante contrataciones a plazo fijo o considerando al trabajador como profesional que devenga honorarios y no como servidor asalariado. Es frecuente que el empleador descuente la cuota para el IGSS que debe pagar el trabajador, pero en vez de cumplir con su entrega, se la apropia y el trabajador corre el riesgo de no poder recibir los servicios del seguro social. El Estado, por ejemplo, está violando el derecho de trabajo garantizado en la Constitución y Código de Trabajo de varias maneras: una de ellas aplicándole a sus empleados y trabajadores el renglón 029 y, en materia de seguridad social, debe por falta de pago de sus cuotas como patrono y como Estado al IGSS, por lo menos Q 12 mil millones.

Todas esas inhumanas e inicuas contravenciones a los derechos humanos de los trabajadores son cohonestadas por las autoridades del Ministerio de Trabajo y los Tribunales de la Jurisdicción Privativa Laboral.

O sea que es falsa la argumentación del Ing. Ayau. Tanto más en un paí­s en el cual, como Guatemala, el salario mí­nimo no es suficiente para cubrir el valor de la canasta básica alimentaria y social. En cambio en EUA, el salario mí­nimo mensual es de US $1,236.00 o sea Q 9,889.60, en tanto que en Guatemala es aproximadamente de Q 1,500. Salario mí­nimo que muchí­simos empleadores guatemaltecos no respetan y pagan salarios de cuantí­a inferior. ¿No es eso atractivo para los empresarios extranjeros?, ya que Ayau en los únicos inversores que piensa es en ellos y no en los capitalistas nacionales, a juzgar por sus propias palabras.

Aunque reitero mi opinión adversa a los cambios propuestos por el Movimiento Pro Reforma a la Constitución de la República encaminados a establecer un régimen en el que el Estado ceda por completo a la minorí­a de la clase dominante el absoluto manejo de la economí­a privada y nacional y sólo quede como gendarme para garantizar el orden público y los derechos individuales (privilegiándose el de la propiedad privada sobre todo de los medios de producción, como la tierra de la que se han adueñado el reducido cí­rculo de latifundistas), no veo con malos ojos la posición del Ing. Ayau respecto a su evaluación del sector de la economí­a informal y del actual evento electoral.

Respecto a la proliferación de las actividades del sector informal de la economí­a, al menos por lo que expresó en esta entrevista no comparte el criterio de la mayorí­a de empresarios del CACIF que insistentemente están pidiéndole al Gobierno que a quienes de ese sector producen o prestan servicios, se les hagan pagar impuestos, en tanto que obstinadamente se oponen al establecimiento de nuevas cargas fiscales y hasta piden derogatoria del Impuesto sobre la Renta, se niegan a pagar impuestos sobre las tierras ociosas y a que se incremente el Impuesto íšnico sobre Inmuebles (IUSI) y sólo están de acuerdo con el Impuesto del Valor Agregado (IVA), porque éste es carga para la población consumidora en general, mientras el empresariado se las arregla para evadir su pago. Por lo menos el Ing. Ayau opina que si bien es cierto que en el sector informal no hay prosperidad, para quienes trabajan en el mismo, «es mejor que quedarse en la calle buscando chance.»

Y, en cuanto, al resultado de las elecciones del 9 de septiembre, expresamente manifestó que nada va a cambiar y que el sistema económico, polí­tico y social se mantendrá, opinión que yo comparto aunque por razones muy diferentes. í‰l piensa así­, porque sabe que aunque la casi totalidad de partidos polí­ticos que participan en la contienda electoral son de derecha, ninguno de ellos aunque enmarcados dentro de la corriente neoliberal, llega a la extremada meta suya respecto a la inoperancia del Estado y, yo, por el contrario, porque sé que se mantendrá el sistema imperante tal como está, que es injusto, inequitativo, discriminatorio en especial de la población maya mayoritaria y que ha convertido al paí­s en una dependencia vergonzante de los oligarcas nacionales y de los intereses de dominación mundial del imperialismo estadounidense, que está despojándonos de nuestros recursos naturales no renovables, como el ní­quel, el oro y aún el uranio.