¿Es el futuro, el Plan Guatemala


Poco se ha comentado acerca de las reuniones de los presidentes de Norteamérica que se celebran en Canadá, algunas de cuyas conclusiones deben ser vistas por los guatemaltecos como un alerta acerca del futuro que nos espera bajo quien sea el próximo representante del imperio en nuestro paí­s. El proyecto de acuerdo a ser firmado por el presidente Calderón de México y su homólogo George Bush, publica el Dallas Morning News, apunta a que México recibirá asistencia militar «para el combate al narcotráfico y crimen organizado». Ni más ni menos la duplicación de aquel que fuera firmado por Colombia. Documento escrito en inglés elaborado por la CIA y el Departamento de Estado estadounidense, como parte de su proyecto de conquista, preservación, control y saqueo de los recursos naturales de Latinoamérica y que fuese lanzado con el nombre de «Plan Colombia».

Carlos E. Wer

Como parte medular del plan, se exige que el paí­s a ser «beneficiado», deberá cumplir con ciertos condicionamientos impuestos por Washington. Claro, que siendo los mexicanos más sensibles, por su tradicional nacionalismo, a la presencia de tropas extranjeras en su paí­s, este proyecto se presenta como parte de los planes de «Seguridad Regional» que se ha ido promocionando entre las Fuerzas Armadas y grupos civiles de la «Comunidad de Defensa». Condicionamientos que van desde «observación y cumplimiento a la defensa de los Derechos Humanos, avances macroeconómicos, lucha contra la corrupción y lógicamente el ’apoyo’ en el adiestramiento e instrucciones del Pentágono para optimizar su acción».

Claro está, que no son los Estados Unidos quienes interfieren en asuntos internos de cada paí­s latinoamericano, sino son sus propias Fuerzas Armadas, sus autoridades responsables de diseñar polí­ticas de seguridad y defensa, con la colaboración de la Comunidad de Defensa, quienes han coincidido con el Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa (con sede en Washington), en la identificación de los riesgos y amenazas que enfrentan nuestros paí­ses.

La debilidad en la capacidad de combate al narcotráfico y al crimen organizado por parte de nuestras instituciones de seguridad y defensa, han sido propicias para la «necesidad» de aceptar la «colaboración» de las instituciones estadounidenses, las que disponen de información estratégica sobre temas sensibles, lo que nos hace cada dí­a aún más dependientes de ellas.

Claro, sin llegar al meollo del problema del narcotráfico, cuyos hilos se manejan en los propios Estados Unidos, paí­s en el que millones de jóvenes se han convertido en drogadictos. Sin cuestionar el papel que juegan sus bancos en las operaciones de lavado. Sin dar oí­dos a los juicios pendientes contra el ex presidente George Herbert Walker Bush, por la introducción masiva de crack a su propio paí­s. Sin combatir a las maras, nacidas en las calles de sus ciudades, sino permitiéndoles en aras del goce de la «libertad», sus páginas web, mediante las cuales se promocionan.

El enlace entonces entre el propuesto proyecto de los Estados Unidos y México, lo será indiscutiblemente la vigencia del Plan Puebla Panamá, el proyecto presentado con fanfarrias por el ex presidente Fox, pero que en la realidad es parte del proyecto nacido del Banco Mundial, coincidente con las polí­ticas diseñadas en el Memorando de Seguridad Nacional 200 de los Estados Unidos, mediante el cual se trata de garantizar para las empresas de ese paí­s, la explotación de los recursos naturales, especialmente los de valor estratégico.

Los candidatos presidenciales ya han expresado sus prioridades en el área de seguridad y defensa. Prioridades que coinciden con los intereses de Washington. ¿Será el Plan Guatemala el próximo paso?