Hasta el momento ningún apoyo tienen nuestros connacionales que migran a los Estados Unidos de América. No se ve claro por parte del gobierno central en tal sentido, al revés de El Salvador y Honduras, por ejemplo, que lograron un permiso temporal para que su gente allá puedan laborar.
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Con el argumento de haber sido dichos países centroamericanos dañados como Guatemala, por fenómenos naturales de implacable fuerza. Pero aquí las autoridades se durmieron en las cenizas y quedamos al margen, consecuencia por demás lamentable, generadora de inconvenientes a montones.
A menudo son deportados quienes cifran esperanzas de alcanzar por fin «el sueño americano», dejan su tierra y familia, ante el creciente desempleo que puede constatarse fácilmente. Tras el via crucis que sufren, verdadera tragedia, explotados por los coyotes, apenas llegan a su destino les cae encima «la Migra» temible.
Los clamores de tantísimos migrantes con el calificativo de ilegales, en búsqueda que el gobierno y específicamente la Cancillería acudan en su apoyo, está verde. Hace falta actuar de manera intensiva en defensa de ellos y ellas, dentro de las normas establecidas al efecto lo antes posible.
Peticiones por los canales acostumbrados a fin que las autoridades estadounidenses suavicen un poco sus políticas en contra de los migrantes guatemaltecos, es el tema. A sabiendas que no es un favor, sino algo humanitario en ayuda directa de esa mano de obra barata que hace de todo.
Producto del mecanismo operacional puesto en práctica viene a ser la percepción de los miles de afectados, carentes por completo de algún tipo de apoyo. Aquí no son objeto de presiones, excepto la necesidad de superar el desempleo los obliga; tampoco son tomados en cuenta para nada.
Para nadie constituye un secreto el hecho que los migrantes protagonizan un rol importante al impulsar las remesas familiares. Contribuyen bastante a título de sostén de la economía, cuyas inyecciones mensuales equilibran notoriamente las finanzas nacionales desde la distancia.
Esas remesas familiares enviadas por los migrantes rebasan los cálculos estimados, a punto de significar un auge contante y sonante. La cifra que inscribirá este año, batirá récord beneficioso, consistente en 4 mil 200 millones de dólares US. Ello amerita el apoyo consiguiente, sin regateos.