Los temas de legí­timo debate electoral


La existencia de asquerosas campañas negras que circulan diariamente por la llamada supercarretera de la información se ha convertido en el pretexto ideal para que los polí­ticos eviten la discusión sobre aquellos temas que son parte del necesario debate que debe darse cuando estamos a casi un mes de elegir a las nuevas autoridades del paí­s. Hoy en dí­a todos, desde los candidatos presidenciales hasta cualquier candidato a Alcalde acusado de cosas muy graves, recurren a la cantaleta de que hay campaña negra en su contra cuando se trata de algún señalamiento.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Y la verdad es que hay muchos temas que son cruciales para conocer a fondo a las personas que pretenden asumir responsabilidades polí­ticas ganando una elección popular. Temas que no se relacionan con su vida í­ntima, sino que trascienden a lo que ha sido su vida pública y sobre los que obviar la discusión con ese pretexto es querer tapar el Sol con un dedo o, peor aún, hacer como los gatos que entierran su propia porquerí­a.

Por más que repitan que es campaña negra, yo creo que es obligado debatir si Colom estaba al tanto, como lo dijo Fajardo, del criterio de éste sobre la CICIG y de ser así­ si habí­a algún entendido sobre el particular. Creo que por mucho que digan que es campaña negra, el tema de los cheques del Estado Mayor Presidencial de Ramiro de León Carpio merece una respuesta más especí­fica que el «sí­ y qué» que en resumen constituye esa respuesta dada por Pérez Molina de que los documentos son auténticos y que se erogaron para gastos de la transición en detalles que ya no se recuerdan. Creo que no puede decirse que es campaña negra traer a cuento el tema de Pavón y la forma en que se produjo el operativo en el que el Procurador de los Derechos Humanos sostiene que hubo ejecución extrajudicial y que de manera tan directa atañe al candidato oficial, Alejandro Giammattei.

El diputado Manuel Castillo, por ejemplo, dice ahora que las acusaciones en su contra en el caso Parlacen son parte de una campaña negra en su contra y con ese argumento pretende cerrar el caso. Pienso que si hay registro de llamadas telefónicas dudosas, el tema tiene que ventilarse para bien de todos. Desafortunadamente sí­ hemos tenido que presenciar una muy sucia y asquerosa campaña negra que todos los dí­as inunda los correos electrónicos de guatemaltecos que, en muchos casos, se dan a la tarea de reenviar las patrañas contribuyendo así­ a ensuciar más el ambiente. Pero cuando se plantean las cuestiones de manera frontal y responsable, sin recurrir a anonimato ni a esa red intangible que es Internet, es obligado que se asuma una postura de madurez para abordar los temas con seriedad de manera que pueda debatirse, sin apachar los clavos, aquello que lógicamente pueda preocupar a la ciudadaní­a porque tiene que ver con la forma de ser de los candidatos y lo que de ellos se podrá esperar en el futuro.

Claro está que siempre se podrá pagar a testaferros para que den la cara en ataques sucios y de eso ya hemos visto algo, pero hablo de los cuestionamientos serios, fundamentados y concretos que ameritan una respuesta y que son evadidos bajo el socorrido argumento de que hay campaña negra. Los polí­ticos y la población sabemos exactamente cuáles son los temas que deben ser esclarecidos y que demandan explicaciones serias, creí­bles y racionales para que nuestro juicio sobre los dirigentes pueda ser ajustado a la realidad de su carácter, honestidad y capacidades.