El viernes por la noche apareció en la tele haciendo declaraciones de índole político que, aunque favorecían a su partido, fueron declaraciones vertidas con apego a la verdad y expresadas con asertividad.
Su aparición como político parecía incongruente con su trayectoria como médico de alta calidad profesional y humana. Es que se veía raro que alguien de la talla del Dr. Rafael Espada, eximio cirujano de corazones y de indiscutible fama internacional estuviera incursionando en un campo que hasta hoy había sido vedado para la buena gente.
Pero allí estaba, coherentemente inteligente y acertado en sus declaraciones muy diferentes a la propagandería con que hoy nos inunda la papelera campaña de los presidenciables.
En lo particular y consecuente a las vivencias que como colega de varias décadas me ha tocado admirar, yo sabía, de que lo que nos decía Rafa era verdaderamente cierto, y así me lo confirmaba la Lila mi mujer quien lo conoció desde cuando de un año de edad, Rafa aprendía a andar, allá en San José Pinula.
¡!Qué bonito sentir esa sabrosura de no cuestionar la veracidad de las aseveraciones de un candidato a un puesto de elección popular!! ¡!Y que sabroso saber que como Vicepresidente, el Dr. Rafael Espada será garantía de honradez esa virtud que, ahora, nuestra dolida Guatemala pide a gritos!!
Estoy seguro que ningún guatemalteco le regatea a Rafa movidas chuecas, ni sucias transacciones, ni recepción de chequecitos, ni negociaciones sospechosas. Estoy seguro que así es y que ningún guatemalteco de cualquier otro partido político se atreverá a cuestionarlo, mucho menos a descalificarlo.
Recuerdo ahora un acontecer de hace ya muchas décadas que quedó grabado en mi mente cuando competían por la presidencia de los Estados Unidos, el demócrata Franklin D. Roosevelt que pretendía ser electo para su tercer período y el senador Robert Taft, un republicano. Ante una oferta que éticamente no era correcta, y que favorecería indudablemente para hacerse de la presidencia al senador Taft, éste contestó: «I rather be honest than President». (Antes que ser Presidente, prefiero ser honrado). Fue un acierto que hizo historia y que, en éstos tiempos de corrupción e impunidad que ahogan a Guatemala, suena como algo que solamente un tonto puede concebir.Dr. Rafael Espada, estoy convencido que así como el de Taft es su modo de pensar, y que usted, con su singular personalidad y el respeto que se le ofrece dentro de su partido, será una garantía en contra de la corrupción.
Usted se ha involucrado en una lucha contra la corrupción lo cual es algo admirable que nos obliga a estar de su lado. No solamente nosotros sino Guatemala entera espera que sea usted paradigma de hombre honrado a carta cabal que Guatemala toda, le agradecerá.