Los í­ndices inflacionarios poco le importan a la gente


Las cifras y gráficas de la inflación y lo que realmente le importa a la gente son cosas completamente distintas. A la gran mayorí­a de poco o nada le sirve que los burócratas pierdan valioso tiempo y dinero en hacer presentaciones en «power point» en elegantes sitios, esfuerzos y gastos que mejor debieran invertirse en asuntos más importantes, en vez de pretender que no tenemos de qué preocuparnos cuando la realidad es otra bien distinta, por dos simples razones: la primera, porque nadie cree sus cifras y la segunda, porque sólo un reducido número de personas están capacitadas para analizar, discernir e incluso discutir la veracidad de las cifras presentadas.

Francisco Cáceres Barrios

Lo que sí­ sabe la gente y de memoria, es que el pisto cada dí­a de pago se le hace agua en las manos. Que los precios que suben nunca bajan y que al gobierno de turno le importa un comino que el precio de los combustibles ande por las nubes, lo que en efecto de cascada hace elevar el de los ejotes, las tortillas o cualquier otro alimento por sencillo que fuere. ¿Quién no sabe de memoria lo que ahora cuesta mantener a la familia, al punto que la canasta familiar se ha ido volviendo monedero?

Los polí­ticos de nuevo cuño y los politiqueros de siempre debieran poner toda su atención en que la economí­a de unos pocos mejora mientras cada vez más guatemaltecos andan a tres menos cuartillo, en vez de ponerse a hacer payasadas como esa de jugar al fútbol, para seguir demostrando que ese deporte en nuestro medio anda de picada, olvidándose que no hay peor cosa que tocarle el bolsillo a la gente. Las campañas electorales y los planes de gobierno hacia este punto debieran dirigirse. Yo quisiera que el presidente, su vice y todos sus colaboradores, acompañados de sus respectivas esposas, cada semana, quincena o mes, durante los cuatro años de su perí­odo, se bajaran de su poltrona para irse de compras a las tiendas de barrios, mercados o al súper a comprobar que los precios de cuando iniciaron su perí­odo presidencial no son ni por asomo los mismos de ahora.

A menos de dos meses de los comicios electorales la gente sigue sin saber a ciencia cierta si los precios al consumidor algún dí­a podrán detener su alza constante. ¿Qué prometen tantos aspirantes al solio presidencial y cómo piensan llevar a cabo sus planes? Al paso que vamos, lo más seguro es que vayamos a seguir esperando que el maná caiga del cielo. ¿Alguien podrá contradecirme? «Te sigo esperando», dice la canción…