DICABI propicia abusos con el IUSI


En la situación de crisis económica que progresivamente afecta al grueso de la población guatemalteca, todo lo que complica la carestí­a de la vida crea angustia, desasosiego, descontento, protestas y, lógicamente, malestar social en toda forma.

Marco Tulio Trejo Paiz

Según parece, sin reparar en lo que decimos, la Dirección de Catastro de Bienes Inmuebles (DICABI), que depende del Ministerio de Finanzas, ha facultado a los alcaldes municipales de toda la República para que dispongan a sabor y antojo los avalúos de casas de habitación, de grandes edificios, fincas y bienes raí­ces en general, lo cual está poniendo en ascuas a los habitantes de cada lugar.

Lo dispuesto por DICABI se ha mantenido en «secreto», quizá porque estamos en plena campaña polí­tico-electoral. Todos los «burgomaestres» ya tienen en sus manos el respectivo manual que les fue enviado por la mencionada dependencia.

Hasta hoy, los candidatos a las alcaldí­as y a las concejalí­as buen cuidado han tenido de no abrir la boca dando para dar a conocer lo que piensan y pretenden hacer en relación con el llamado «impuesto único sobre inmuebles» (el famoso IUSI), que es una carga tributaria muy pesada para la gente de modestos recursos económicos, no tanto para quienes viven en la opulencia y, sobre todo, para los funcionarios de mando de las comunas, para sus familiares, correligionarios cercanos y demás allegados.

Hay mansiones y otros bienes suntuosos de alcaldes que pagan por concepto del IUSI casi nada y, en cambio, existen viviendas de gente humilde que exageradamente han sido afectadas por esa gabela. Se tiene conocimiento de numerosos casos que denotan discriminación, privilegios, injusticia y abusos de autoridades edilicias.

De acuerdo con el «tamagás» de DICABI, los alcaldes municipales de toda la geografí­a patria pueden, con el consenso de los concejales (algunos bien orquestados mediante jugosas dietas y de otros «pistillos»), disponer avalúos, reavalúos y autoavalúos de los inmuebles, y no se descartan las arbitrariedades e injusticias contra quienes no les sirvieron de escalera?

Los impuestos, la onerosa contribución de ornato, entre otras «gangas», amén de la corrupción y de las extralimitaciones de tipo autoritario, han dado motivo a las comunidades para recurrir a la violencia y a sacar como del pelo y a empellones, cuando no en camillas, a alcaldes y concejales.

De los aspirantes al guayabal de Mixco, sólo Chito Barrera (de la UNE) dice en su propaganda, con su vera efigie junto a Colom, que no cobrarí­a el derecho de puerta; que rebajarí­a la tasa del alumbrado público y el IUSI. ¡Los otros hacen mutis pensando en los votos de los tontainas de capirote! La Procuradurí­a de los Derechos Humanos como que ya prevé el estallido de una bomba de tiempo…

Es conveniente y oportuno de que se pongan en guardia los moradores de cada concreción municipal del paí­s para evitar serias consecuencias económicas por obra y gracia del IUSI, susceptible de manoseos arbitrarios por alcaldes y de sus paniaguados de los concejos. ¡Alerta, estimado pueblo, para no correr la suerte del camarón en la corriente!…