El proceso histórico de los Tribunales del Agua, tanto en Europa como en América del Sur, indiscutiblemente, sirvió para la creación del Tribunal Centroamericano del Agua.
Por otro lado, nuestra región aunque en forma un tanto lenta, ha venido comprendiendo la necesidad de conformar un sólido bloque en lo económico, principalmente, a efecto de poder enfrentar los retos de la globalización.
En ese sentido, la doctrina y los estudios de otras latitudes, señalan el significado de globalización y que no es más que comunicación y movimientos económicos mundiales.
Así, en consonancia de la formación de organismos mundiales de justicia, nuestros países no podían quedar en total desamparo.
La historia nos ofrece el ejemplo de esta clase de tribunales éticos, éste es el caso de la primera sesión de éstos, en la ciudad holandesa de Rotterdam, donde se juzgaron casos de contaminación del río Rhin y de las previsiones que después adoptaran los países en sus políticas ambientales.
En consecuencia, de la información que hemos logrado obtener de este organismo de administración de justicia centroamericano, podemos resumir que tal ente sesionó por primera vez, en los meses de agosto y septiembre del año 2000, en la ciudad de San José, Costa Rica, cuando analizó diversos casos y denuncias públicas sobre contaminación hídrica en la región.
Resulta, entonces, de suma importancia recalcar lo que tanto hemos venido escribiendo en esta columna de LA HORA, urge se emita una legislación específica ambiental acorde a la época y a la suscripción del Tratado de Libre Comercio del que ya es parte el Estado de Guatemala, desde el año 2005.
Los diversos organismos del Estado guatemalteco, por lo tanto, son los mayores responsables acorde a su legislación vigente, en satisfacer las necesidades de la población, su acceso al mercado, a la cultura y a un ambiente sano; esto último, sin ninguna discusión, significa elevar la calidad de vida de todos los habitantes del territorio nacional.
Los estudios efectuados por nuestros científicos e investigadores, son más que un llamado de atención para nuestros futuros gobernantes en el sentido de lograr su apoyo político en un tema que ha sido soslayado constantemente.
El recurso agua debe ser administrado democráticamente, ya que representa las necesidades del trabajo de todos los guatemaltecos, y, comprender, de una vez por todas, que la sostenibilidad y compatibilización del ambiente deseado y posible, debe ser de todos los connacionales y no de persona individual en particular.
El desarrollo debe servir al hombre y no destruirlo.