Una visión de ciudadaní­a en Guatemala


La sociedad guatemalteca no es estática. Avanza en forma paulatina tratando de superar problemas como la corrupción e impunidad. La ciudadaní­a resiente -y enfrenta con las leyes- la presencia cotidiana de la delincuencia y el crimen organizado. También existe conciencia en amplios sectores de la población para impulsar procesos de desarrollo: lograr transformaciones cientí­ficas, culturales y técnicas, con el propósito de ampliar las oportunidades a las generaciones presentes y futuras.

Carlos Cáceres

En Guatemala ciudadanos y ciudadanas se plantean la consolidación de sus derechos para vivir en libertad. El dialogo y la negociación polí­tica fueron factores de especial importancia para superar el conflicto armado y prevalecen en la actualidad como ejes básicos para consolidar la racionalidad. Sin desconocer la existencia de contradicciones no resueltas en el ámbito polí­tico y socioeconómico, hombres y mujeres se plantean la solución de problemas con una óptica ajena a toda pretensión de infalibilidad.

La participación ciudadana es el conjunto de actividades voluntarias a través de las cuales hombres y mujeres intervienen en los asuntos de su comunidad, comprometiéndose con las decisiones colectivas. Una de las principales formas de participación lo constituye asistir a las urnas para ejercer el derecho y deber cí­vico de votar. El actual proceso electoral guatemalteco forma parte fundamental de la vida polí­tica y es un ámbito natural de la acción ciudadana.

Las elecciones en Guatemala, como parte del principio de alternabilidad en el poder, han originado un amplio número de candidatos a la Presidencia y comentarios de diferentes grupos sociales señalando dispersión ideológica, despilfarro de recursos e inadecuada organización electoral. Son ideas y deben respetarse, pero también se puede argumentar que una forma de fortalecer la democracia es la participación. En la actualidad no se excluye a ningún ciudadano o ciudadana para emitir su voto y su inmediata implicación es el fortalecimiento del sufragio universal.

Vivir en un paí­s donde prevalezcan los principios de democracia y paz es demanda justa y actual de guatemaltecos y guatemaltecas. Su finalidad es lograr una adecuada convivencia social, donde se admita la diversidad ideológica, polí­tica y étnica. La democracia, como estilo de vida, tiene vigencia en un marco constitucional y se expresa a través de valores como la libertad. Su significado se encuentra cuando la ciudadaní­a se desarrolla sin interferencias ni presiones. Son las leyes quienes establecen restricciones. La justicia es equilibrio entre las partes. Garantiza los derechos individuales y colectivos de hombres y mujeres. Asimismo, la responsabilidad requiere responder por lo que se hace o dice y asumir sus consecuencias. La tolerancia respeta la diversidad de culturas, así­ como formas de expresión y su fin es logar armoní­a en la diferencia. En la igualdad se establece que los seres humanos tienen los mismos derechos y, sin distinciones, nadie puede estar al margen de la ley. No excluir a nadie del derecho de votar es un ejemplo. La pluralidad quiere decir convivencia pací­fica y productiva aceptando diversos puntos vista, intereses y proyectos.

Ser ciudadana o ciudadano significa estar sujeto a derechos y obligaciones de carácter polí­tico pues forman parte de una comunidad dentro del Estado y pueden intervenir con responsabilidad ya sea en forma directa o indirecta en los asuntos de interés público. Estos factores señalan la importancia de participar en las elecciones del próximo 9 de septiembre en Guatemala porque es en el proceso de integración de los órganos del Estado -a través del sufragio- donde especialmente se ejercen los derechos de la ciudadaní­a. Considerando esta afirmaciones, es adecuado señalar lo expuesto por Aristóteles: «El ciudadano sin más se define por su participación en la justicia y en el gobierno».

En la actualidad, hombres y mujeres en Guatemala coinciden en la necesidad de estar presentes en organizaciones amplias, flexibles y plurales para actuar aquí­ y ahora, con el objetivo de efectuar actividades polí­ticas en su vida cotidiana y responder a exigencias socioeconómicas recientemente generadas. Cada ciudadano o ciudadana forma parte de la organización electoral (vigilan las elecciones), puede elegir o ser electo y tiene el derecho a informarse y ser informado. Esta realidad implica concederle importancia a la acción colectiva ciudadana para lograr las transformaciones polí­ticas, sociales y económicas que requiere la sociedad.

La vida polí­tica de la sociedad guatemalteca no podrí­a existir sin la participación de ciudadanos y ciudadanas quienes juegan el doble papel de promotores y destinatarios de las acciones del gobierno. De igual manera, las acciones ciudadanas hacen funcionar las instituciones públicas y le dan contenido a sus leyes.

La racionalidad para actuar ante la vida permitirá avanzar a ciudadanos y ciudadanas de Guatemala con la finalidad de fortalecer la integración social. Para lograrlo, el factor básico es la modernidad pues consolida el proceso de civilidad. Modernidad significa transformación y la impulsan quienes rompen esquemas obsoletos para lograr modificaciones objetivas en la sociedad e innovaciones subjetivas en la vida. Su inmediata implicación se encuentra al surgir un nuevo pensamiento porque la modernidad fortalece la madurez y acción reflexiva de la ciudadaní­a.