Gracias por su legado, presidente Berger


Estoy plenamente consciente de que los cí­rculos de poder en los que se ve inmerso un gobernante, sobre todo cuando el partido que le llevó al poder se debilita y resquebraja al poco de haber asumido la responsabilidad de dirigir los destinos de un paí­s, son determinantes y, por ende, hasta cierto punto incontrolables. La infiltración en el corazón de las estructuras legales del Estado por parte de sectores oscuros es un hecho dificilí­simo de identificar y controlar. El Estado mismo se convierte en cómplice de las atrocidades que en términos de justicia y en todos los ámbitos de la polí­tica se cometen, porque el Estado como tal, como entidad orientada hacia la posibilidad de vida decorosa en sociedad, pierde por completo su capacidad de realización y se convierte en instrumento de las fuerzas más retrógradas y peligrosas que obstaculizan total o parcialmente la consecución del fin para el cual se ha instituido. De tal manera, el Estado se corrompe y se pone en peligro a sí­ mismo y a todo lo que de él depende.

Milton Alfredo Torres Valenzuela

Pero el caso es que cualquier hombre, cualquier ciudadano que asuma el alto y difí­cil cargo de Presidente de la República, no puede ni debe pecar de ingenuo como para pensar que por su sola calidad, construida a base de propaganda, de hombre bonachón y honesto, empresario de éxito, buen amigo, esposo y padre de familia será capaz de devolver al Estado su forma básica y primordial. No bastan las buenas intenciones como no bastan las acciones aisladas y espontáneas que no obedecen a ningún plan integral de gobierno. Hay qué rifarse el pellejo si es que verdaderamente amamos a esta Nación que nos vio nacer. No se puede ni se debe improvisar en la administración de todo un paí­s.

Es imperdonable dejar las cosas peor de como se encontraron. Es imperdonable que no se hayan hecho todos los esfuerzos requeridos y necesarios para elevar la calidad de vida de todos quienes nos decimos ser guatemaltecos.

Hoy nuestros hijos tienen menos posibilidades de llegar a adultos por la inseguridad y la violencia que impera por doquier.

Hoy hay más posibilidades que gente del crimen organizado llegue a puestos clave desde donde pueda ejercer también el poder polí­tico para tapar legalmente sus ilegalidades.

Hoy hay más linchamientos, más policí­as corruptos, más ignorancia, más secuestro de niños y mujeres asesinadas.

Hoy, señor Presidente, hay más asaltos, más conductores de buses asesinados, más mareros y niños de la calle y de alto riesgo.

Hoy, hay más temor. Se duda de todo y de todos, la desconfianza se ha convertido en nuestro principio de vida.

Nunca la impunidad habí­a llegado a niveles tan altos.

Nunca los hospitales habí­an estado tan descuidados

Nunca habí­amos llegado a tan alto grado de desilusión, decaimiento e indiferencia.

Gracias por su legado memorable señor presidente Berger, las generaciones futuras lo recordarán como un cero a la izquierda. Usted no ha matado pero ha dejado que otros maten y destruyan nuestra sociedad y nuestro Estado.