«EN VIDA HERMANO, EN VIDA?» Otro año más se ha celebrado en Guatemala el Día del Maestro, usualmente suele dedicarse a los/as docentes de centros escolares en reconocimiento a su labor formativa con los alumnos/as a su cargo; en esta ocasión, me permito presentarle un saludo de admiración y agradecimiento al periodista Oscar Marroquín Rojas, y al licenciado Alfonso Ordóñez Fétzer; dos personas que me han brindado su amistad, apoyo y conocimiento en dos de las áreas en las que me desempeño de manera regular, el periodismo y el ejercicio de las ciencias jurídicas y sociales.
En el caso de don Oscar Marroquín Rojas, le reitero por este medio el agradecimiento de haberme brindado desde hace 19 años la oportunidad de escribir mis columnas de opinión en LA HORA, el más prestigiado diario en Guatemala con su slogan de «Tribuna, no Mostrador».
Principié aportando trabajos de opinión y a la vez algunas investigaciones de carácter histórico publicados en el SUPLEMENTO CULTURAL, y hoy que han pasado 19 años, durante los cuales, don Oscar me enseñó algunas formas para escribir de manera clara y sencilla, le presento mi agradecimiento por sus incontables enseñanzas y las múltiples horas de agradables charlas acerca de la historia de Guatemala en sus facetas sociales, deportivas, económicas y políticas además de un sinfín de anécdotas de personajes nacionales.
La grata oportunidad de permitirme utilizar la extraordinaria biblioteca de LA HORA para realizar investigaciones, ha sido una de mis mejores satisfacciones porque aparte de su riqueza periodística cuenta con ejemplares únicos o en su caso muy pero muy exclusivos relacionados con diferentes tópicos de la vida. Por lo tanto, don Oscar, permítame reiterarle mi saludo de admiración y agradecimiento en el «Día del Maestro».
Y mi otro saludo, es para el licenciado Alfonso Ordóñez Fétzer, abogado y notario de reconocida trayectoria profesional, en cuyo bufete profesional principié mis primeras actividades como procurador jurídico hace 29 años. La enseñanza fue una de las acciones diarias que se volvieron comunes en tan delicado campo de la vida diaria. Sin egoísmos y con carácter de formador, el licenciado Alfonso Ordóñez fue mentor de muchos profesionales que han descollado en diferentes campos de la vida nacional.
Su trayectoria como estudiante universitario ? es uno de los fundadores de la AEU? en la época del ex presidente Ubico; la defensa de varias personas ante los mal recordados Tribunales de Fuero Especial, y su amplio bagaje cultural lo significan en la sociedad guatemalteca como uno de los mejores integrantes del foro, conocimientos que proyectó hacia quienes en su momento compartimos su sabiduría y amistad.
Sea extensivo este reconocimiento a los recordados maestros/as de las escuelas primarias en Guatemala y México; profesores/as de los Institutos Rafael Aqueche; Industrial Central para Varones y Técnico Vocacional «Dr. Imrich Fischmann»; catedráticos/as de la tricentenaria Usac y de la Universidad Francisco Marroquín, centros docentes donde tuve el honor de aprender lo que hasta hoy sé. Honor a quien honor merece. ¡Muchas Gracias!