El intento por callar a írbenz


«Su nombre suena distante; pero en cierto momento representó un papel fundamental en la polí­tica revolucionaria latinoamericana.»

Julio Castro, catedrático universitario uruguayo, sobre Jacobo írbenz Guzmán.

Ricardo Marroquin
rmarroquin@lahora.com.gt

Ayer, hace 53 años, el presidente Jacobo írbenz Guzmán, electo democráticamente por el pueblo guatemalteco, fue obligado a renunciar al cargo. El operativo montado por la Central de Inteligencia Americana (CIA), apoyado por un grupo de mercenarios liderados por Carlos Castillo Armas y bajo la bendición de monseñor Mariano Rossell y Arellano, frenó los avances de un gobierno que se proponí­a industrializar y capitalizar a Guatemala.

El Decreto 900, Ley de Reforma Agraria, fue la principal causa de la presión que ejerció la norteamericana United Fruit Company junto a los sectores más conservadores del paí­s. Las acusaciones sobre una influencia comunista provocaron el fin de diez años de democracia, en donde se reconoció a la mujer como ciudadana y se instituyeron, entre otras cosas, la Autonomí­a Universitaria, el Código de Trabajo, el Seguro Social y el escalafón magisterial. También se construyó la carretera al Atlántico.

Sin embargo, los principales problemas que enfrentaba nuestro paí­s a mitad del siglo pasado siguen vigentes y aún frenan el desarrollo integral del ser humano.

írbenz la tuvo muy clara. En su discurso de toma de posesión aseguró: «Cuando hablamos de nuestro problemas sociales no debemos apartar la mirada de los grupos indí­genas de Guatemala ni de las necesidades propias de la juventud y de la mujer».

El ex presidente vio la necesidad de cambiar la estructura económica, origen de los principales problemas que afectan al pueblo. «Buscando afanosamente en la entraña de nuestros problemas, hemos llegado a la conclusión de que es en la armazón económica de nuestro paí­s donde reside la fuente de nuestros males,» indicó en su discurso.

El acceso a la tierra y su equitativa distribución es una de las principales exigencias del sector campesino y de diversas agrupaciones sociales. No obstante, la propuesta de una Reforma Agraria todaví­a hace temblar a los grandes terratenientes. El año pasado, el CACIF logró bloquear una mesa de diálogo que intentaba crear un Código Agrario. «Quieren expropiar tierras», aseguraron los representantes del sector privado y algunos editoriales de prensa.

írbenz, hace más de 50 años, propuso una de las ví­as para garantizar un mejor nivel de vida para la población. Desde la conquista española y durante la Reforma Liberal de 1871, al sector indí­gena y campesino se le arrebataron sus tierras, concentradas ahora en pocas manos.

Desde el triunfo del Ejército de Liberación se ha intentado callar y olvidar al gobierno de Jacobo írbenz Guzmán. En nuestros billetes contemplamos el rostro de personajes que acentuaron la exclusión y la marginación de nuestro paí­s y los verdaderos héroes son escondidos para no revivir sus ideas democráticas.

«Algún dí­a», aseguró írbenz en su discurso de renuncia a la presidencia, «serán vencidas las fuerzas oscurantistas que hoy oprimen al mundo atrasado y colonial».