No entiendo la negligencia popular que centra sus esperanzas en algo tan fallido como nuestro Estado, es decir, en el bendito fútbol. Los verdaderos valores y motivos de orgullo nacional y popular generalmente se desconocen o se conocen muy poco. En todo caso se marginan sistemáticamente porque, repito, en las concretas circunstancias en que vivimos, se nos impone el fútbol y, ahora también, la propaganda de los partidos políticos que muy pronto nos saturarán con su hipocresía, cinismo y poca creatividad.
Digo lo anterior porque quiero resaltar un verdadero motivo de orgullo para todos los guatemaltecos: el pasado miércoles 20 de los corrientes, como parte de las actividades del III Festival de Junio del Centro Cultural Miguel íngel Asturias, asistí por la noche al Teatro de Cámara a presenciar el recital operístico, Momentos Sublimes de la Lírica, en el que participaron nueve alumnos destacados de la Profesora Bárbara Bickford. Como amante de la í“pera y del Belcanto siempre he reconocido que es la reina de las artes escénicas. La í“pera occidental, que clava sus raíces en el Renacimiento italiano, trata de materializar el ideal griego de la integración de las artes en un solo espectáculo, tomando como modelo la propia Tragedia griega. Las culturas como la nuestra que se saben y se reconocen herederas legítimas y directas de la Cultura occidental, obviamente sin menospreciar, si no todo lo contrario, asimilando elementos propios de las culturas prehispánicas, se reafirman y fortalecen cada vez que los nexos culturales más sublimes se actualizan como fue el caso del espectáculo preparado por la profesora Bickford y sus alumnos. La técnica que han alcanzado es el producto de años de esfuerzo, dedicación y talento. En la í“pera y el Belcanto muy difícilmente se puede dar el fraude y la improvisación, porque el espectáculo, por su propia naturaleza, exige siempre todo lo contrario.
Es gratificante darse cuenta que en Guatemala hay gente joven que aspira y trabaja por la excelencia en lo que hace y por la seriedad que impone la actividad a la cual se dedican. La í“pera y el Belcanto no son para espíritus y personalidades blandengues, exige disciplina y, como ya dije, talento.
Gracias y felicitaciones por la velada tan profesional, conmovedora y esperanzadora que nos ofrecieron los alumnos de la Maestra Bárbara Bickford: gracias y felicitaciones a los artistas: Julia Pimentel, Huguette Torres, Vicky Castillo, Diana Ramírez, Román Aquino, Francisco Guillén, Paulina Monroy, Paul Ruiz, Ana Isabel Lazo, y por supuesto, al Maestro Concertador, Hugo Arenas.
Como era de esperar, la mitad del teatro estaba vacía; claro, no era fútbol ni algún cantante de esos que cobran miles de dólares por engañar al público. Al fin de cuentas, la í“pera exige a los artistas y al público, algo más que pura diversión.
Ahora, es de esperar que alguno de ustedes de el salto y salga del país. Solo afuera podrán seguir avanzando para orgullo y ejemplo de nuestros compatriotas, sin menosprecio, claro está, de su Maestra. Ella, mejor que nadie, lo sabe.
Por último, cabe destacar el acierto en la selección de los materiales. Nada fácil y todo de los mejores autores académicos. Sólo con lo difícil puede demostrarse el talento y la técnica. Lo académico es lo formativo. Lo académico exige siempre, más que cantantes, verdaderos artistas.
Guatemala es más que violencia, politiqueros y fútbol.