De cosas de uso cotidiano mal diseñadas


El hombre tiene que habérselas cotidianamente con cosas que, por lo familiar de su presencia y su uso, pasan casi desapercibidas. Me refiero a esas cosas que si estuvieran mejor diseñadas podrí­an hacernos, muchos de nuestros instantes vitales, más fáciles y felices. Ejemplos podrí­a citar muchos, de cosas grandes y pequeñas, bonitas y feas, baratas o caras, complejas o sencillas. Independientemente de cómo sean, tienen en común su diseño poco práctico y su ineficiencia.

Milton Alfredo Torres Valenzuela

Empiezo por los tapones de los garrafones de agua purificada. Ha pasado ya mucho tiempo desde su invención y siguen dando la misma dificultad. Es realmente molesto destapar un garrafón, especialmente cuando uno tiene poco tiempo, uñas cortas o no se dispone de navaja o tijera para dicha tarea.

Los estuches de CD son tan frágiles que, aunque el disco sea caro, se despedazan con la más mí­nima caí­da o golpe. O, al caso, se quiebran de las bases que les sirven de bisagras.

No sé por qué hay empresas de envasados que no han adoptado el sistema abre-fácil que ya es bastante común en productos sobre todo del mar. Utilizar el abrelatas es cosa que deberí­a haber quedado ya atrás.

En otras cosas se ve que sus diseñadores han priorizado la estética y la propaganda por sobre su utilidad. Me refiero, por ejemplo, a las bolsas en que empacan las barras de pan. Siempre son más cortas que la barra. ¿Por qué no las hacen dos o tres pulgadas más grandes que dicha barra, para poder doblar la punta, agarrarla con una grapa o cinta adhesiva y lograr que el pan se conserve fresco por más tiempo y con menos probabilidades de que se contamine?

¿Por qué algunas casas famosas fabricantes de bolí­grafos de marca no han adoptado la tinta gel para los repuestos de algunos de sus modelos? ¿Y por qué se siguen usando los tapones en los mismos, aún en los modelos en los que no se corre el riesgo de que se seque la tinta, con lo perdibles que son, cuado el mecanismo retráctil es más cómodo y práctico?

¿Por qué en los supermercados tenemos solo dos opciones en los tamaños de carretas, por lo menos deberí­a haber cuatro opciones en el tamaño, o es que más vale para los comerciantes, sugerir el volumen de compra con la limitación de las dos opciones espaciales? (la canasta, en este caso, no cuenta, pues hablamos de carretas). Además, casi siempre, las ruedas están desniveladas.

Si el pollo frito que se anuncia tan pero tan guatemalteco no es capaz de vender tortillas de maí­z recién echadas para acompañarlo, pues como que no resulta tan guatemalteco como lo pretende ser. En este caso, el diseño del menú también deja mucho que desear.

El formato de nuestras cédulas de vecindad, retrasado ya décadas, ¿cuándo dará paso a documento más eficiente que contenga toda la información indispensable grabada electrónicamente?

Y algunos periódicos que, como bien lo sugiere indirectamente «La Hora» todos los dí­as, son más mostrador que tribuna, ¿Cuándo dejarán de presentar tal volumen publicitario que resulta totalmente incómodo tomar entre las manos y leer lo que verdaderamente (poco casi siempre) interesa al lector inteligente?

Otro dí­a hablaremos sobre cosas y diseños totalmente fallidos y, otros, totalmente acertados.