Cuando el ex presidente mexicano Vicente Fox ofreció, de alguna manera, proveer de una refinería de petróleo a Centroamérica y abastecerla con 260 mil barriles diarios, y vi posteriormente en los medios de comunicación a los técnicos de Pemex realizando evaluaciones en Puerto Quetzal, en el Océano Pacífico guatemalteco, más la anunciada evaluación de otros puertos centroamericanos, incluyendo a Panamá, creí que sí era conveniente que se luchara enérgicamente por obtener la refinería para Guatemala.
Me llamó poderosamente la atención saber del abastecimiento adicional de unos mil, 1,300 o más Mega Vatios (MW por sus siglas en inglés), lo cual, en teoría, podría bajar los precios de la energía eléctrica en Guatemala, que son de los más altos en el mundo. Digo «en teoría», porque sabiendo que ílvaro Arzú y amigos tienen las manos metidas hasta los hombros en estos negocios de «privatización» de la Empresa Eléctrica, la Compañía Telefónica, Correos, INDECA, etcétera., cualquier baja en los costos para la ciudadanía quedaría en eso: En teoría.
Pero ocurre que el gobierno mexicano está en serios problemas de producción petrolera. A decir verdad, según una publicación del estadounidense The Wall Street Journal, el petróleo de México está prácticamente en agonía y por esa razón seccionó a una tercera parte el abastecimiento ofrecido originalmente por Fox para la Refinería Mesoamericana. Además, quedó en manos de la transnacional que gane la licitación para construir la refinería, la decisión de cuál será el país depositario de ésta.
El agotamiento final de los yacimientos petrolíferos lleva varios años, así el caso de Cantarell, el mayor yacimiento petrolífero mexicano. Entre enero de 2006 y febrero de 2007, Cantarell perdió el 20% de su producción, hasta 1.6 millones de barriles diarios. A ese yacimiento, la petrolera mexicana le sacó unos 12 mil millones de barriles desde 1971. Todo se acaba… Sólo Dios es infinito.
En lugar de US$6 millardos (6 mil millones) para la refinería y US$1millardo (mil millones) para cogeneración eléctrica anunciados, la inversión se redujo al mínimo de US$6 millones y, «los presidentes de México, Colombia y Centroamérica ’acordaron implementar programas’ de exploración y explotación petroleras en Centroamérica tanto en tierra como en mar abierto». ¡Qué estupidez!
¿Qué rayos estarán pensando los presidentes de éstos países? Se engolosinaron y toman decisiones arbitrarias sin consultar, por respeto a quienes depositaron en ellos la soberanía de sus respectivas naciones, si es conveniente autorizar operaciones de esa naturaleza sin poner en altísimo peligro a las paupérrimas poblaciones y a los frágiles ecosistemas mesoamericanos, los cuales ya debilitaron mucho su ya frágil naturaleza, mayormente debido al sistemático abuso de los mismos gobiernos, en parte por su crasa ignorancia en este aspecto y en parte por la monumental codicia y voracidad de la que últimamente se han revestido algunos gobernantes mesoamericanos y sus amigos, a quienes importa un comino la propia vida de sus electores ¿Y los catastróficos futuros efectos del calentamiento global en la cuenca del Caribe?