El 27 de marzo del presente año el Ministerio de Cultura y Deportes, la Dirección del Patrimonio Cultural y Natural, la Embajada de Cuba presentaron, en la sede de la Hemeroteca Nacional de Guatemala, un documental dedicado a don José Joaquín Palma, elaborado por la familia del poeta.
Después de escuchar las palabras introductorias del acto, la señora Anie Cintrón Palma de Méndez presentó detalles del documental, donde, fuera de aludir a la biografía de Palma, se hizo énfasis en el Himno Nacional de Guatemala pues él fue el autor de la letra, al principio en forma anónima. Se supo su nombre unido a nuestro himno cuando ya estaba muy enfermo aunque todavía fue posible hacerle el homenaje que se merecía. El documental aludido se hará llegar a los estudiantes. Curiosamente, en esos días leía el Diario de Centro América (4 enero 1901) donde encontré datos de la presentación de un libro de Palma, de poesías, impreso en la Tipografía Nacional. En esta presentación se informó que Palma estuvo asilado en Honduras. Palma le cantó a ese país hermano. El libro de poemas de Palma lo dedicó al autor al doctor Marco Aurelio Soto y a Ramón Rosa, por cariño y por deber. El liminar del libro fue escrito por Rafael Spínola, amigo de Palma.
El prólogo para la primera edición de esta obra lo firmó el doctor Ramón Rosa, con fecha 21 de noviembre de 1881.
Incluyeron en el libro las palabras de Palma cuando le entregaron la Medalla de Oro, Primera Clase, con que fue premiado por su Oda a la Primera Exposición Nacional de Honduras. Se agregaron cartas de Adolfo Zúñiga, de Zambrana y de Martí. En el libro se incluyó el poema «José Joaquín Palma» de Manuel de la Cruz y «Fotograbado» de Rubén Darío.
El resto del libro contiene la poesía de Palma. Esta obra salió a luz el 1 de enero de 1901, este día, en el Diario de Centro América se publica un poema de Palma que en su última estrofa dice:
Perdona Honduras, mi acento
si brota a par de mi llanto;
yo como hondureño canto,
más como cubano siento
la tristeza y el contento,
la dulzura y la acritud
estremecen mi laúd;
y en lánguida vaguedad
yo canto tu libertad
llorando mi esclavitud.