El mundo ficticio de la escuela actual requiere que el alumno conteste con una respuesta única para decir si ha aprendido la lección y, por consiguiente, lograr éxito. Sin embargo, en la práctica, en el mundo real de los adultos, no es posible dar una respuesta única para las situaciones que se presentan y que tienen que ser consideradas en «más de una manera», utilizando la colección de pensamientos de otras personas, asociando hechos, interrelacionando factores, relacionando datos actuales con los hechos pasados, explicando los puntos de vista sustentados en datos concretos antes de demostrar. Aplicar una acción nueva que vendría a resolver las situaciones problemáticas.
Es por eso que estoy en contra del uso de exámenes estandarizados para decir si hay calidad en la educación, si los alumnos han aprendido y en base a esos resultados, tomar decisiones sobre una Política Educativa a nivel nacional. ¡Hay «más de una manera»!
El uso de pruebas estandarizadas, la implementación de laboratorios de computación, el énfasis en la preparación del alumno para el trabajo, la insistencia de que hay que «producir» más científicos, los «buzos» en matemática y ciencias, la puesta en práctica de «estándares de rendimiento», la publicidad acerca de que los alumnos tienen que ser más «competitivos», que tienen que rendir cuentas básicamente en dos áreas: Lectura y matemática, hablar de introducir otro idioma en secundaria. Todo lo anterior viene como resultado del lanzamiento del Sputnik I de la Unión Soviética, en 1957. Ahora, después de «No child left behind» autorizado por el Congreso de los Estados Unidos de América en 2001, todo el énfasis de la educación en USA, sigue enfocada en «rendimiento» comprobado por un examen estandarizado.
Si no hay un progreso registrado por medio de esos exámenes, se quitan fondos monetarios a los sistemas educativos locales por no cumplir con los estándares creados a nivel nacional combinados con estándares locales que han sido alineados con dichos test de respuesta única. Eso simplemente es una «Contabilidad basada en exámenes», que genera una «responsabilidad» a los maestros para producir buenos resultados. Resultados señores, resultados; es lo único que importa. Suena como lo que diría el CEO de una corporación multinacional de negocios o de la industria. Eso me parece que es cubrir solamente a una parte de la población escolar y el resto, los otros, si no llegan a los «estándares» en una «escuela ficticia», están etiquetados como «fracasados», los que no pudieron alcanzar el éxito. Probablemente también les han dado un examen de C.I. (Coeficiente Intelectual), cuyos resultados confirman que no tienen el talento necesario para tener éxito en la «escuela ficticia» y luego se van a la calle, decepcionados por su «fracaso» antes de que se les dé la oportunidad de demostrar que ¡Sí pueden! ¡Hay más de una manera!
El otro lado de la moneda, con muchas facetas también, es considerar la EQUIDAD del sistema educativo y si esos dos enfoques pueden ser integrados o si el primero, arriba mencionado, de RENDIMIENTO, va a sobreponerse como siempre, dada la historia de los últimos 50 años, influenciados obviamente por USA. Siempre pienso en los niños sin escuela alguna, los 155 niños atendidos por dos maestros en Quiché; la oportunidad o falta de ella, de ser parte del «Entrenamiento en servicio» (Profesionalización), en las aldeas más lejanas para poner en práctica las nuevas formas de enseñar. ¿Quién ayuda a los maestros en una «reforma educativa», etc.? Quién quita y el futuro Ph.D. en ciencias pueda salir de una escuela en una aldea bien alejada. Es posible pero hay que dar la OPORTUNIDAD.
Las políticas educativas en una Nación tienen que asegurar que no existan «brechas» de oportunidades efectivas en la oferta educativa. Que la persona «total» sea atendida en el proceso educativo, en cada escuela REAL del país.
El Consejo Nacional de Educación, integrado por educadores notables y los Consejos Locales, también conformados por educadores notables, deben visualizar a largo plazo, el cómo integrar los conceptos COMPETITIVO y EQUIDAD en una política nacional educativa. Escuelas reales deben existir para servir a una población diversa de niños con un sin fin de necesidades.
¡HAY MíS DE UNA MANERA!