Criticar las funciones de la Ministra de Educación en Guatemala llegó a considerarse como una especie de herejía porque a su alrededor se montó una eficiente campaña de medios e importantes sectores del empresariado se volcaron en el apoyo de una política de reforma educativa que venían impulsando desde el gobierno de ílvaro Arzú y que tiene como telón de fondo la progresiva privatización mediante el otorgamiento no sólo de facultades sino de recursos a entidades particulares con cada vez mayor poder de decisión.
ocmarroq@lahora.com.gt
La fragmentación del magisterio y la fama que tiene la dirigencia de ser un atajo de haraganes que no trabajan ni se ocupan de la atención a los escolares fue un factor bien explotado por el Ministerio para pintar toda crítica como resultado de campañas de desprestigio emprendidas por esos malos maestros a los que en la figura de Joviel Acevedo les pudieron poner rostro y apellido. La señora Aceña se convirtió rápidamente en la estrella de un gobierno deslucido y si revisamos los medios informativos, comprobamos que hay una tendencia marcada a aplaudir cualquier gesto suyo y a considerar la crítica como mal intencionada.
Cuando está por terminar el gobierno del presidente Berger, lo que vemos es una gestión autoritaria, con escasos resultados y que ha confrontado al magisterio que le critica la incapacidad para cumplir con sus propias metas. Ni los educandos ni los educadores han recibido los insumos que con tanto cacareo señala el Ministerio y la protesta actual, si bien persigue el aumento salarial para los maestros, también está basada en la exigencia de que el alimento llegue a los escolares y los útiles e insumos a alumnos y maestros.
Y por supuesto que el primer convencido de que la ministra es una estrella es el mismo Presidente de la República. Sólo así se entiende que ella se pueda dar el lujo de mandarlo a la punta de un cuerno con todo y su arreglo con los maestros en el diálogo que sostuvieron el mes pasado. El pobre mandatario estampó su firma, pero la ministra lo mandó al chorizo con todo y el poder que pueda tener.
Estando de viaje, recibí un correo electrónico que habla mucho de lo que ocurre en el entorno de la ministra y que considero importante compartir con los lectores. Dice así en su parte conducente: «Lic. Marroquín, el día de hoy tuve la oportunidad de leer el editorial en el que hace alusión al maquillaje que le ha intentado poner la Ministra de Educación, al sistema.
Lo felicito, ojalá el Sr. Presidente lea éste, para ver si algún día antes de que deje la presidencia se le cae la venda que le ha puesto la Sra. Ministra.
Soy un guatemalteco, pedagogo, como muchos que tenemos confianza en los guatemaltecos, aposté a esta administración, colaboré haciendo el plan de gobierno de educación para la GANA, con un equipo de guatemaltecos comprometidos, con autoridad lograda a través de conocer la realidad educativa de nuestra Guatebella, esto me vale para entrar a ser parte del equipo de la Sra. Aceña, igual que a una estimable colega, la Licda. Evelyn Amado de Segura, ambos fuimos despedidos por la flamante Viceministra Castañeda, por no estar de acuerdo con el maquillaje que le están imponiendo al MINEDUC.
Qué bueno que ya somos tres los que nos hemos dado cuenta que todo lo actuado por la Sra. Aceña, es un simple maquillaje y de la peor calidad.
De nuevo mis felicitaciones por su artículo, para finalizar quiero pedirle un gran favor, si tiene la dirección electrónica del Comisionado que menciona en su editorial, por favor envíemela por esta misma vía.
Atentamente,
Lic. Luis Fernando Paredes P.»
Se ve, pues, que no todo lo que brilla es oro.