Tras darle seguimiento a la forma en que el Alcalde y las autoridades políticas del Municipio de Guatemala han reaccionado ante los señalamientos hechos respecto a lo ocurrido en el barrio San Antonio, tengo la impresión de que los técnicos en materia de drenajes han dado información inexacta para ocultar su responsabilidad en cuanto a lo ocurrido. Es natural que ílvaro Arzú les mantenga plena confianza a los empleados que tienen a su cargo el mantenimiento de la red de drenajes, pero ante las evidencias producidas por el estudio del Colegio de Ingenieros, es necesario realizar una investigación independiente que le permita a la Alcaldía establecer lo que realmente pasó.
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Porque naturalmente los encargados de dar mantenimiento a la red de drenajes, sabiendo que por no cumplir adecuadamente con sus funciones pudieron provocar esa tragedia, habrán dado explicaciones de todo tipo que el Alcalde no tenía por qué poner en duda inicialmente. Al fin y al cabo él no es experto en ingeniería ni en estudios de suelos, por lo que naturalmente tenía que apoyarse en los informes de los técnicos para explicarle a la población lo que había pasado.
Hace algunos meses, antes de que surgiera siquiera el problema de los retumbos en el barrio San Antonio, conversé con un viejo amigo, ingeniero que trabajó en la Municipalidad de Guatemala y que tuvo a su cargo el plan de saneamiento, y me decía ya en esos días que tenía temor de que pudieran producirse problemas porque no existía un plan adecuado de mantenimiento según lo que había podido comprobar en pláticas con quienes supervisaban la red de drenajes. No he podido hablar con él después de lo ocurrido en el Barrio San Antonio, pero me ha revoloteado el recuerdo de su advertencia de aquellos días y ahora que veo los informes preparados por el Colegio de Ingenieros, encuentro muchos detalles que me hacen pensar en que aquel experto estaba en lo correcto al suponer que podrían producirse serios problemas y colapsos.
Repito que entiendo perfectamente que el Alcalde repita las explicaciones que le dieron a él los técnicos que tienen a su cargo la delicada labor de dar mantenimiento a toda la red de drenajes y especialmente a los grandes colectores porque ni modo que va a uno a esperar que el Alcalde sea quien controle el detalle del trabajo que tienen que realizar en los pozos de visita para mantenerlos adecuadamente. Pero ahora que existen opiniones independientes que apuntan a que el problema tuvo su origen en una falla humana por no haber realizado lo que los manuales de procedimiento indicaban, es necesario que ílvaro Arzú modifique su punto de vista y con mente abierta y amplia escuche y valore esas opiniones ajenas a las de la Municipalidad para corregir no sólo el problema de por sí grave, sino que además para impedir que se pueda repetir el fenómeno en otros lugares.
Nunca es grato reconocer que personal bajo la responsabilidad de uno ha incumplido sus funciones y menos aún tener que admitir que le quisieron ver a uno la cara de papo y que uno los respaldó al cien por ciento, como es natural. Pero si tomamos en cuenta que a estas alturas es indispensable establecer realmente qué fue lo que ocurrió en el barrio San Antonio con el ánimo de evitar que pueda darse una tragedia igual o de peores consecuencias en otros sitios de la ciudad, vale la pena abandonar cualquier postura que tenga como cimiento ese sentido de lealtad hacia sus propios trabajadores.
Por lo que tengo entendido hay sitios críticos que están también en riesgo y que necesitan urgente atención, pero ello no será posible si no se revisan los procedimientos actuales y si el Alcalde no les pega un buen tirón de orejas a sus técnicos.