MALOS PENSAMIENTOS HECHOS NEGRAS NUBES


Ahora mismo alguien pensando en matar.

Dr. Carlos Pérez Avendaño

Son muchas las ideas que hoy mismo surgen de la mente de los guatemaltecos que planean robar, o secuestrar, o asaltar, o asesinar o traicionar.

Así­ pasó la noche el ratero que se levantó temprano pensando en romper la ventana de un automóvil para llevarse el radio. Y aquel otro que planea asaltar a la dama que saldrá del banco con dinero y de quien, el ventanillero bancario le informará con su celular; un celular que, a propósito, es robado. Y aquel banquero directivo también se pasó la noche pensando en dónde se esconderá y en donde habrá de depositar el dinero de los inocentes ahorrantes a quienes engañó, ¿en un banco suizo o mejor en uno brasileño?

Ah, y también aquel corrupto diputado se pasó la noche pensando, mal pensando como hacerle para inventarse un su viaje a Parí­s. Y su amigote el Ministro también se desveló, calculando de a como habrá de ser la mordida que pedirá al constructor de escuelas y así­ también aquel otro Ministro haciéndole cálculos al proveedor de medicinas.

Mientras tanto el narcotraficante se pasó la noche pensando en aquel a quien le hizo entrega de droga, pero que no le ha pagado, y pensando en que, si ese cuate no le cumple, se lo doblará uno de sus comandos.

Pensamientos que bullen en las mentes de los chapines de hoy que parecen inundados de mucha maldad y que no dan lugar a pensar en lo bueno.

Si se lograra visualizar lo que no se puede ver, si se lograra ver lo que es inmaterial pero que sí­ se siente. Si se pudiera ver una idea o adivinar un pensamiento, y así­ se lograra visualizar la cantidad y la calidad de esa totalidad de malos pensamientos concebidos por las mentes guatemaltecas, nos sentirí­amos agobiados. Nos asombrarí­amos ante esa enorme masa de malos pensamientos.

Imaginémonos a ese cúmulo, a esa masa que cual el hongo de la bomba atómica se posó sobre Hiroshima y que ahora está posada sobre nuestro cielo guatemalteco y no nos permite ver la luz del sol. Una masa maraña de malos pensamientos que, en su maldad, se han condensado en una nube oscura que ha enceguecido y ofuscado a los guatemaltecos.

Mientras tanto el Cardenal Rodolfo y el Nuncio Bruno, hombres de bien, pensando. Pensando cómo hacer para disipar esas tinieblas.

«Yo ya me los imagino», dice la Lila mi mujer, «cuando al llegar la noche y luego de haber leí­do el vespertino y de haber visto el telenoticiero, sienten el agobio y caen de rodillas para así­ pedir que Alguien les ilumine para saber qué hacer».

Y ese único que sí­ sabe, es ese Alguien que ya principió a recorrer las calles con una cruz a cuestas. Ese Alguien que ya culminará su recorrido la próxima semana para, con esa su impresionante y jadeante respiración, decirnos, una vez más, cuál es la forma de desvanecer esa maléfica nube, acumulo de malos pensamientos que hunden en las tinieblas a Guatemala.

Bueno, pues ahí­ estaremos, Señor, si es que de verdad de algo sirven los hombros de hipócritas fariseos, para levantar tu anda y ayudar a llevarte a recorrer las calles de tu pueblo.

Y de verdad, son muchas las veces que me he preguntado, si de verdad tengo derecho. ¿Me lo merezco o no?

Pero?en medio de la duda, ahí­ estaremos contigo, en Candelaria, el próximo Jueves Santo, si es que prestándonos la vida, nos das permiso.