No se le puede seguir tomando el pelo a todo el mundo


Somos muchos guatemaltecos cansados porque nuestras autoridades nos quieren ver cara de lo que no somos. ¿Quién va a creer que la carta sacada de la manga gubernamental de crear un tal «Sistema Nacional de Seguridad» va a venir a devolver la confianza y credibilidad perdida en cuanto a la seguridad nacional? ¿Es que el mentado Consejo Asesor de Seguridad que a la fecha no ha servido para nada, preparó en un dos por tres la forma segura de reestructurar y reformar lo que la ciudadaní­a tiene rato de andar pidiendo a gritos?

Francisco Cáceres Barrios

Disculpen que sea terminante, pero lo que hace falta aquí­ no es ponerse a rebuscar nombres, aumentar la burocracia y seguir haciendo elefantes blancos que a la hora de rajar ocote no funcionan y han venido a complicar todaví­a más las cosas o ¿alguien podrá creer que al menos una dependencia del ramo, de tantas que se han creado, merece una pizca de confianza? En mi criterio, lo que hay que hacer es fajarse bien los pantalones para ponerse a trabajar en busca de la eficacia, la eficiencia y la honorabilidad perdida.

Para ello, pecado fuera si se volvieran a cometer los errores del pasado, que son la base del fracaso sufrido en el presente, de seguir nombrando a los recomendados, a fulano, porque con él se tiene un compromiso contraí­do, a mengano porque lo recomendó un mi cuate y además, tiene cara de buena gente. No hay necesidad de crear un nuevo ministerio, sino utilizar racionalmente el dinero para lograr el objetivo de poder contar con una justicia pronta y eficaz, como hacer borrón y cuenta nueva para seleccionar a los servidores públicos a cargo de la seguridad de la nación.

El silencio apreciado al finalizar su exposición el vicepresidente Stein al Cuerpo Diplomático, cuando les sugirió hacer preguntas sobre este esfuerzo que se supone hará su gobierno, fue interpretado eufemí­sticamente como que tienen todaví­a que analizar en qué áreas podrí­an ayudar, pero pragmáticamente preferirí­a que pusieran sus pies en la tierra para entender que, a estas alturas, nadie se cree sus llamadas firmes intenciones, peor aún, cuando estando de salida no se han percatado de haber tenido toda clase de apoyo, sin que los resultados aparecieran por alguna parte. Al contrario, los clavos siguen siendo de todo tipo y especie, dignos de la mejor ferreterí­a.

Insisto en decir que a estas horas es demasiado tarde pretender seguirle tomando el pelo a todo el mundo, cuando son del conocimiento público tremendas contradicciones, por ejemplo, cuando acabándose de ratificar en discursos el libre acceso a la información, a la primera de cambios al mismo Procurador de los Derechos Humanos se le niegan copias y hasta poder acceder a documentos dizque públicos.