El Boquerón


Los acontecimientos sobre el asesinato de los diputados salvadoreños al Parlacen por sicarios guatemaltecos pertenecientes a las fuerzas de seguridad de este paí­s y a su vez, la cantada ejecución de los sicarios dentro de la cárcel de alta seguridad de El Boquerón en Cuilapa, Santa Rosa, son únicamente la punta del iceberg de la cloaca que es este gobierno: el gobierno de los empresarios. Conozco a muchos empresarios luchadores, decentes y responsables que han hecho su capital en base a riesgo, trabajo y ahorro, que nada tienen que ver con los «empresarios» a los que se refiere el presidente í“scar Berger en sus alocuciones.

Roberto Arias

Lo de la cárcel de El Boquerón no es más que un tosco movimiento de autoridades que están acostumbradas a cometer cualquier delito a la luz del dí­a sin que les tiemble la mano, sabidos que la impunidad es un plus en Guatemala. El presidente í“scar Berger lanzó un disparatado periplo culpando al narcotráfico, mientras el presidente Antonio Saca decí­a que probadamente los diputados asesinados no tení­an que ver con el tráfico de estupefacientes ?Es sorprendente que el presidente Saca se haya sentado al regazo de su homólogo Jorge Bush para dar la queja de lo ocurrido en Guatemala a tres diputados salvadoreños y su piloto y los posteriores asesinatos de los sicarios? ¿Qué tiene que ver Bush en este rollo?

Las autoridades guatemaltecas sostienen que hubo un motí­n por los policí­as asesinos en la cárcel de El Boquerón y que los mismos reclusos los mataron. Los reclusos declararon a los medios que tomaron rehenes por temor de su vida y que no mataron a nadie. Las visitas y algunos reclusos declararon que fueron cortadas la energí­a eléctrica y el agua; hubo cambios abruptos en el horario de visitas y sacaron de prisa a todos los visitantes. Publican los medios de comunicación que de dos pick ups con vidrios obscuros bajaron hombres con gorros pasamontañas y armamento de asalto e ingresaron al penal.

Los noticieros internacionales coincidieron con las declaraciones del presidente í“scar Berger, sobre que los asesinos de los policí­as allí­ detenidos pasaron ocho diferentes puertas con ocho cerrojos sin forzarlas para cometer la ejecución.

Finalmente, agentes del Ministerio Público recogieron 30 cascabillos de armas de asalto AK47 y otros tantos de armas 9 mm. y los reos, definitivamente, no cuentan con ese tipo de armamento, lo cual echa absolutamente por tierra el discurso del ministro de Gobernación Carlos Vielmann y compañeros, quienes sostienen que fueron los reos quienes asesinaron a los policí­as que a su vez asesinaron a los tres diputados al Parlacen y su chofer. ¿Qué cubre Vielmann?

Puede conjeturarse que el asesinato de los parlamentarios pudo ser planeado por grupos polí­ticos o económicos extranjeros y ejecutado por altas autoridades guatemaltecas vinculadas, por múltiples motivos que lograrí­an con una sola acción; dentro de ellos lograr algunos cambios estructurales centroamericanos para favorecer a las mafias, sin eximir al tráfico de personas, armas y narcóticos y, logros adicionales a corto y mediano plazo; con lo que dirí­a a una voz el crimen organizado: ¡Con Berger ganamos todos!