Con los hechos sucedidos el domingo pasado en la cárcel El Boquerón en Cuilapa, Santa Rosa, donde unos criminales ingresaron a asesinar a cuatro ex agentes de la Policía Nacional Civil, a quienes se les sindicaba como presuntos responsables de matar y calcinar a tres diputados salvadoreños al Parlamento Centroamericano (Parlacen) y al piloto que conducía el vehículo que también fue quemado en su totalidad.
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Este acto vandálico es un hecho lamentable para el país, problema que debemos tratar con toda la seriedad del caso, no es válido que en estos momentos se saque provecho electorero para lograr más adeptos. La imagen y prestigio de Guatemala ha salido perjudicada, y es el momento en que todas las fuerzas vivas del país contribuyan a sacar adelante a nuestra Nación, y no enlodándola más. Aquí no se trata de vencedores y vencidos, se trata de que Guatemala que está pasando por uno de los peores momentos ante el concierto de las naciones democráticas, contribuyamos a mejorar su imagen y prestigio.
Hay dos politiqueros que se están aprovechando de la situación, porque quieren llevar agua a su molino, se trata de las personas menos calificadas para hacer comentarios sobre los recientes acontecimientos, pues lo que buscan es hacer un show político. Se trata por un lado del general retirado Efraín Ríos Montt, secretario general del Frente Republicano Guatemalteco (FRG), que con la desfachatez que le caracteriza sale gritando que le da vergí¼enza lo sucedido en El Boquerón, creo que a este señor ya se le olvidó de todo lo que hizo cuando fue Jefe de Estado de facto y de los actos de corrupción que se realizaron durante los cuatro años de desgobierno del FRG, y por el otro lado, el también general retirado, Otto Pérez Molina, secretario general del partido Patriota (PP) y aspirante a la guayaba, a quien también se le olvidó que cuando fue comisionado presidencial de Seguridad y Defensa a inicios de este gobierno, su actuación fue nula y le pregunto ¿qué hizo? Definitivamente nada, cuando vio que no podía hacer nada por su ineptitud, decidió cómodamente presentar su renuncia, aduciendo que no encontró apoyo para realizar su trabajo, vaya pretexto.
El general Otto Pérez Molina dice que tiene pruebas de la existencia de dos escuadrones de la muerte, uno dentro de la Policía Nacional Civil y otro vinculado al Ministerio del Interior, que actúan y operan con la complacencia de las autoridades. Si es cierto ¿qué espera para presentar las pruebas? Y si ya lo sabía desde antes ¿por qué no lo denunció? ¿Qué esperaba señor Pérez Molina, que sucediera un hecho tan lamentable como el que se perpetró para que usted actuara? Si es cierto lo que usted dice, que mal guatemalteco es, al ocultar las evidencias y sacarlas a su propia conveniencia. Creo que a usted también lo debieran investigar.