«Verde que te quiero verde» (III)


El gobierno central recauda más del 90% de la carga tributaria y aunque la misma como tasa es insuficiente porque, salvo Haití­, Guatemala tiene la más baja carga tributaria y el ingreso per cápita se concentra cada dí­a más como se evidencia por todos los estudios y publicaciones.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

No puede dejar de señalarse que es en el departamento de Guatemala donde se paga la mayorí­a de los impuestos. Sin embargo, el actual gobierno central prefiere invertir en publicidad muchos más recursos de los que ha invertido en afrontar los problemas ecológicos de Guatemala y en particular del departamento donde vivimos el 40% de los guatemaltecos.

El presidente í“scar Rafael Berger Perdomo ha vivido una cuarta parte de su vida como funcionario público, miembro de la corporación municipal de Guatemala de la cual ha sido alcalde dos veces, está en este momento en el último año de Presidente de la República y ¿qué ha hecho por la capital? «Como el ratón ha comido papel y tuza o como el conejo, plácidamente nos ha enseñado la zanahoria».

¿Se ha preocupado como gobierno central de hacer una introducción importante y masiva de agua potable, nos deja un Xaya Pixcayá, construyó un Chixoy para generar energí­a eléctrica limpia y reducir la generación por derivados de petróleo o quema de bagazo, creó una red vial que interconectara la capital y los municipios y evitara el ingreso de tráfico pesado a través de la Calle Martí­, de la Calzada Aguilar Batres, Calzada Roosevelt, de Boca del Monte o de la Avenida Petapa?, no.

Este tipo de inversiones urgentes no las pueden hacer las municipalidades del departamento de Guatemala con sus ingresos. En otras palabras, el Presidente que fuera también alcalde y concejal, no ha sido capaz, ni en un lado ni en el otro, de resolver los problemas de planificación y ecologí­a de Guatemala.

Todos los guatemaltecos que tienen que converger a laborar, a educarse en la capital, dí­a a dí­a, les es cada vez más sacrificado el poder llegar a sus trabajos, a sus estudios y retornar a sus hogares, ¿cuántas horas útiles desperdiciadas?, ¿cuánto consumo de hidrocarburos y uso innecesario de vehí­culos? Los únicos beneficiados son los poquí­simos importadores de derivados de petróleo y los vendedores de agua envasada.

Previo a concluir su mandato como Presidente y como partido, la Gana deberí­a de rendir un informe público indicando si nos deja más agua potable, si nos deja menos contaminación ambiental, si nos deja algún progreso en el saneamiento y tratamiento de las aguas negras, en la generación de energí­a limpia.

De qué sirve tener un Ministerio de Medio Ambiente, de tener programas especí­ficos de saneamiento de los lagos de Atitlán y Amatitlán si no nos dejan nada concreto, tangible, que les permita decir al gobierno y al Presidente que hemos ganado en algún sentido ecológico y que nuestro paí­s puede decir que gracias a esas acciones es «verde que te quiero verde».