Todavía están frescas las expresiones de regocijo de los pueblos libres, cuando el comunismo ruso que quiso tragarse al mundo de un solo bocado cayó inesperadamente, derrotado y hecho añicos ante el poder de la democracia, de la sed de las libertades a las que todo ser humano tiene derecho. Sencillamente por ser humano, dueño de la voz y la palabra al ser declarado por la ley «ciudadano» otorgándole su documento de identidad. Ese monstruo asesino de voluntades, que pretendía en el pasado implantar con falsedades la igualdad de los hombres, destruyendo las riquezas personales, porque en un régimen de igualdad no pueden existir las categorías de ricos y pobres, no pueden tolerarse terratenientes, ni dueños de propiedades, ni de industrias ni de nada. Todo comercio, riquezas, propiedades tienen que pasar a ser patrimonio del Estado. Todo el mundo tiene que trabajar para el Estado comunista que es el todopoderoso, convirtiéndose los pueblos que caen en sus patrañas en sirvientes sin sueldo de los gobiernos del partido y sus funcionarios. Ya Centroamérica tuvo dos crueles ejemplos de los coletazos rudos y abusivos del latrocinio comunista. Guatemala estuvo en la orilla del abismo a punto de caer en sus garras; pero, como dijo el escritor Carlos Manuel Pellecer, uno de los más representativos del gobierno comunista y posteriormente arrepentido y fuera de sus filas comentó: «Qué gran acierto tuvo Guatemala que felizmente se supo salvar de los tentáculos comunistas que quisieron someterla». Mi madre doña Esperanza de Radford, fue una víctima atropellada por el comunismo imperante en el país, era dueña de una casa situada en la segunda calle de la zona uno, a la vecindad de su residencia y la alquilaba a una familia, desafortunadamente por órdenes del partido comunista se la quitaron para darla en propiedad a gente perteneciente al partido. Mi madre sufrió insultos, vejaciones, ofensas a su dignidad por esas personas sin educación que no sólo le habían arrebatado su casa, sino que gozaban con herirla cuantas veces podían con palabras fuera de toda moral. Cuando pidió ayuda a un juzgado escuchó asombrada y aterrada la confesión del juez: «Señora, créame que la comprendo, estoy de su lado, pero atado de pies y manos no puedo hacer nada, estamos bajo un régimen totalitario, el Ejecutivo es el único que manda, olvídese de que exista la ley. A mí me pasó lo mismo, me quitaron dos terrenos en mi pueblo y una casa aquí en la ciudad. Si usted supiera la cantidad de quejas que tengo sobre el mismo tema y las injusticias que denuncian los afectados, su problema sería el menos grave», comentó el juez. Qué vandalismo, la injusticia y la impunidad deben calificarse como crímenes de lesa humanidad y ser arrasados de toda sociedad si realmente se anhela vivir en paz. ¿Y Nicaragua?, ese conflicto comunista librado en la hermosa tierra de Darío es punto y aparte, es increíble que el déspota sandinista que despojó a tantas familias de sus bienes para enriquecerse él y su tropel, resucitara en el poder. Conversando con un nicaragí¼ense sobre la situación de su país, me decía que supuestamente Daniel Ortega está tirando a dos apuestas: Bush y Chávez, el peligro es que, el que entre dos fuegos se mueve sale quemado. Lo correcto sería que Ortega para demostrar su buena fe y convencimiento de cambio, debería empezar su nuevo gobierno devolviendo de inmediato los bienes robados a sus legítimos dueños y compensarlos económicamente por los daños morales y materiales causados por los abusos cometidos durante su jefatura pasada, solo así, el mundo creería en su cambio. Pero lo que más preocupa a las instancias internacionales es el temido Hugo Chávez, un hombre que ha puesto su bota sobre todos aquellos déspotas que soñaron con despotricar las estructuras sociales, totalizar a la colectividad, a los medios de producción e implantar la dictadura del proletariado. A ver cuanto dura su sueño de adoctrinador de los pueblos para apoderarse de América Latina y botar a la primera potencia, para constituirse él, en el todopoderoso. ¿Aguantará hasta el 2021 edificando en arenas movedizas?