¿auspiciadores de la minería a cielo abierto y en especial de la empresa transnacional Montana Exploradora, creada por Montana Gold Corporation de Canadá?
En los artículos anteriores se han expuesto, en el I, El Foro sobre Minería a Cielo Abierto en Guatemala, Beneficios y Percusiones (sic), organizado según decía la invitación, por alumnos militares del Curso Avanzado de Análisis, Foro en el que todo estaba preparado para impartirles informaciones reñidas con la verdad sobre el tema, por supuesto que a favor de esa explotación y, en particular, de la mencionada transnacional. En el II, una síntesis de lo que expusieron los diputados Alfredo de León Solano y Mario René Chávez García, quienes no mencionaron ningún beneficio para Guatemala, pero sí perjuicios. En los escritos III, IV y V, análisis de los artículos de la Constitución Política de la República que han sido violados por las licencias de exploración y explotación de la minería a cielo abierto. En el VI, las disposiciones de la Ley de Minería, en su gran mayoría perjudiciales a los intereses de Guatemala, así como el texto del artículo 1 del Decreto 72-90, Ley Constitutiva del Ejército de Guatemala, que también es flagrantemente violado por las condiciones atentatorias a la soberanía nacional en que se otorgan a empresas extranjeras recursos naturales no renovables, como son los minerales metálicos, siendo el Ejército Nacional la institución que conforme a la Carta Magna debe salvaguardar la integridad territorial y la soberanía del Estado. En el VII, las contravenciones a importantes instrumentos internacionales, por la indebida forma de otorgar las mencionadas licencias de exploración y explotación de minería a cielo abierto; en concreto: a) al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y b) al Convenio Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes.
Y, en este último artículo de la serie sucintamente informaré de los:
Extensos y elogiosos comentarios, al unísono, de funcionarios del MINEM y representante de la empresa transnacional MONTANA.
Tres delegados del Ministerio de Energía y Minas, al hacer uso de la palabra enfocaron el tema del Panel Foro con estudiada estrategia, porque se dedicaron a informar a los alumnos militares de las inmensas riquezas que la naturaleza de Guatemala posee. Riquezas que no han de permanecer en las entrañas de la tierra sino extraídas y aprovechadas. Pero, en ningún momento dijeron por quienes: si por las comunidades indígenas o no indígenas que habitan en la superficie, y por el Estado, para obtener una fuente segura y suficiente de ingresos que le permitan atender a cabalidad las necesidades esenciales de la población, y para crear y desarrollar planes de industrialización. Asimismo, en ningún momento aceptaron los riesgos de la explotación minera a cielo abierto, relativos a la contaminación de los recursos hídricos, y a la deforestación de las montañas. Y, por supuesto, ninguno de ellos criticó el articulado de la Ley de Minería, en cuenta la insignificante cuantía de la regalía (1%), aunque sí dijeron que en el Congreso de la República se había presentado una iniciativa de ley, que la incrementa al 3%, al parecer satisfactoria para ellos. ¡Qué pena, qué vergí¼enza para Guatemala, tener en el Gobierno de la República funcionarios de esa índole, despreocupados por los intereses nacionales y sumisos servidores de los de las empresas transnacionales!
La exposición de la transnacional Montana, realizada con proyección electrónica, reflejó en la pantalla, muchas de las obras de ingeniería realizadas, así como de las instalaciones y servicios establecidos, e incluso de grupos de personas oriundas de los lugares donde, en el subsuelo se encuentran o se van a perforar las minas, que se comportan cordialmente con el personal de Montana. En esos documentales se niega que el cianuro u otras substancias tóxicas, contaminen las aguas. Además, anuncian que se realizarán programas de reforestación en las áreas devastadas, lo cual no es cierto como lo demostró la explotación del níquel por parte de la EXMIBAL, empresa que abandonó el país sin dar una explicación y ha vuelto veinte años después, pero la superficie de las márgenes del lago de Izabal, continúa desértica por la explotación en los años setenta del siglo pasado. Por supuesto, que en su autopropaganda, Montana omitió mencionar que en el Estado de su mismo nombre de los EEUU, está prohibida por dañina, la minería a cielo abierto.
Como argumento toral a favor de la dicha actividad, mencionó que el Estado de Guatemala ya había ingresado al Tesoro Nacional Q139 millones por concepto de regalía, pero no informó cuanto ha ganado que, por lo menos serían Q 13, 761 millones, o sea el 99%. Además es conveniente que los alumnos militares del Curso Avanzado de Análisis, sepan que las transnacionales obtienen utilidades exorbitantes, así la Glamis Gold ?de alguna manera vinculada con Montana? en el primer trismestre del año pasado, de la mina Marlin, obtuvo un aumento del 700%, sin que ello repercutiera en mejora de salarios para los trabajadores o de ingresos para el erario nacional. Dichos alumnos también deben saber, lo cual se les ocultó en el Panel Foro, que no son pocas las empresas de minería a cielo abierto que, por años, unos tras otros, arrojan pérdidas en sus contabilidades, y por consiguiente el Estado no percibe ningún ingreso.
También deben saber estos cadetes, que países de nuestra América, como son Cuba y Venezuela intercambian comercialmente petróleo y sus derivados en condiciones equitativas y que aún con países lejanos, como China continental, las condiciones de una concesión minera son muy diferentes, por ejemplo: el contrato de explotación de níquel cubano se suscribió recientemente, siendo el 52% de lo producido para Cuba y el 48% para China. ¿Hasta cuando soportaremos los guatemaltecos la relación 99% para el empresario extranjero y el 1% para nuestro país?
Cadetes, no olviden a Cicerón, quien alguna vez dijo: «De humanos es hacer algo incorrecto, pero es de necios permanecer en tal situación». Y en este caso, necio es sinónimo de tonto, torpe y, en lo militar, de traidor.