Cobertura económica para el adulto sin protección


Es plausible la idea para ayudar económicamente al adulto mayor carente de esa cobertura, pero como lo han comentado diversos articulistas, la fórmula propuesta no es la mejor, pues vino a ser como aquello de: «desvestir a un santo, para vestir a otro».

José Antonio Garcí­a Urrea

Al pensarlo no se tomó en cuenta, aparte de ser insuficientes Q400 quetzales mensuales que crecerí­a de inmediato el número de aspirantes, pues no son sólo los de la ciudad capital, sino de todo el paí­s. Cuando de hablar de compensaciones en dinero, surgen múltiples reclamantes, tengan o no necesidad.

Frente a esta situación, en la que no es oportuno dar marcha atrás, conviene pensar en otra fórmula para procurarse esos fondos, y se me ocurre crear una loterí­a que podrí­a denominarse: «Del adulto mayor desprotegido», (debidamente controlada y auditada, por supuesto). Una loterí­a tiene la ventaja que no obliga a ninguna persona a participar en ella a la fuerza, pues se hace con la esperanza de ganarse un premio, y por lo tanto, la aportación per cápita es mayor que la propuesta. También hay otras fuentes de las que se puede hacer uso para captar esos ingresos, el asunto es exprimir el magí­n para encontrarlas.

La idea queda planteada a fin de cumplir con esas promesas y no tratar de resolverlas a la rápida, y después sacudirse las manos.

íTEM MíS: En parangón con nuestro premio Nobel de Literatura, Miguel íngel Asturias Rosales, con eso de los gancos, se me ocurre decir: «que algunos ricos le roben a los pobres».