Murió Vicente ílvaro Ruiz Narciso este 5 de enero, tras penosa enfermedad. Oriundo y vecino principal de San Cristóbal, Alta Verapaz. Crecimos juntos varios familiares en el inolvidable solar de las queridas tías abuelas Narciso Peláez, que nos legaron sólida formación moral.
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Desde niño demostró un carácter bonachón, alegre, bromista y sociable. Gozó de popularidad y carisma entre todos los sectores; servicial y afectuoso. Su calidad humana la ubicó en beneficio del desarrollo y progreso del terruño amado, mediante campañas promocionales.
A edad temprana tuvo vocación musical, que posibilitó aprendiera los puntos iniciales de la guitarra con la tía Andrea, después fue cantante destacado. Respecto a la marimba empezó al oído con una de acero hogareña. Luego tocó en conjuntos locales: Maya, Club y Alondra del INDE, hasta obtener su jubilación.
En el teatro tuvo participación lucida, también a título de presentador durante eventos culturales, además conductor en transmisiones por cable circuito cerrado. Inclusive fomentó la formación de estudiantinas que dieron realce y espíritu de solaz y esparcimiento a las participaciones.
Imposible relegara a segundo plano el deporte, de consiguiente jugó en diversas oncenas de fútbol locales que cosecharon perfomance en distintas canchas. Sudó la camiseta con entrega y anotó goles a granel, en forma siempre caballerosa y dignificante, en ocasión de campeonatos concurridos.
Sus funerales significaron muestras masivas de reconocimiento a su paso por la vida. Laboró en talleres de zapatería y últimamente propietario de una pequeña empresa. Padre cariñoso, abuelo y bisabuelo, cooperó bastante en la comunidad religiosa de aquella pintoresca villa.
Detalle sentimental que derramó más de una lágrima fue la presencia del conjunto Alondra del INDE, que a la salida del féretro en el atrio parroquial ejecutara nostálgicas melodías como un último adiós. Por ello aseveramos: con marimba se fue Chente Ruiz a la eternidad.