Desconfiados, indiferentes, timoratos, poco solidarios, discriminadores, pero sobre todo aguantadores; así definiría en pocas palabras, algunas de las características más visibles de la mayoría de los guatemaltecos.
Puse especial énfasis en la característica de «aguantadores» porque es la que más sobresale en la época actual debido, digámoslo con franqueza, no solo a los propios sentimientos de los chapines, sino que el poder, sea este del gobierno, de los ricachones, de los medios de comunicación, del crimen organizado o desorganizado nos ha convertido en gente insensible, incapaz de afrontar los problemas que se nos presentan y en lugar de hacerle yemas, enterramos la cabeza como el avestruz y aguantamos las retopadas que nos vengan.
Dos casos recientes son una muestra de ello: el cierre e intervención del Grupo Bancafé y la falta de dinero en los bancos del sistema debido a la total incompetencia de sus autoridades anteriores.
En el caso Bancafé, el artículo 133 de la Constitución y las leyes bancarias determinan que «la Superintendencia de Bancos, organizada conforme a la ley, es el órgano que ejercerá la vigilancia e inspección de bancos, instituciones de créditos, empresas financieras, entidades afianzadoras de seguros y las demás que las leyes dispongan». Esa vigilancia e inspección NO se ejerció oportunamente en el grupo Bancafé pese a que algunas personas, incluyéndome entre ellas, sabíamos desde hace casi un año que dicha institución estaba al borde del colapso lo que provocó que se actuara tardíamente dañándose al propio grupo bancario y a sus depositantes.
El otro hecho insólito, paradójico e increíble es que el Banco de Guatemala y la Junta Monetaria, pidieron hasta el mes de septiembre que se fabricaran nuevos billetes para sustituir los ya gastados que a diario recibimos de vuelto cuando compramos algo. Por lo general nuestra moneda es impresa en Londres en una de las casas de moneda más serias lo que hace que tenga pedidos de muchos países del mundo por lo que era totalmente imposible que entregaran las enormes sumas que se pedían en un plazo de dos meses.
Esta situación ha afectado a miles de personas, principalmente de las clases media y baja que no pueden cambiar sus magros cheques porque sencillamente no hay dinero. ¡Qué insensatos!
El Artículo 133 de la Constitución establece que la Junta Monetaria que la preside el Presidente del Banco de Guatemala, «tendrá a su cargo la determinación de la política monetaria, cambiaria y crediticia del país…» estableciéndose en las leyes bancarias que sus miembros incurren en responsabilidad personal en los asuntos que traten.
Ante estos hechos, aparte de las responsabilidades civiles correspondientes, que tal si empezamos con las penales como por ejemplo daños e incumplimiento de deberes que conllevan penas de prisión y multas. ¿O será que mejor seguimos aguantando?…