En la actualidad, hombres y mujeres de Guatemala defienden sus derechos para vivir en libertad y promueven el diálogo y la negociación política para la solución de conflictos. Estos factores permiten otorgarle un valor ético a la paz.
Impulsar la paz significa realizar esfuerzos para fortalecer principios como la equidad, justicia, democracia, libertad y respeto al ambiente. No existe naturaleza humana sin cultura y ésta se vincula al impulso y presencia de los derechos humanos como referentes de dignidad.
¿Cuál es el significado de la paz y su vinculación con los derechos humanos? Una respuesta inmediata implica reconocer la necesidad de una vida digna y rechazar la violencia como medio para imponer una ideología. Paz y derechos humanos deben ser concebidos como conductas. Son estilos de vida y se ejercen de acuerdo con un criterio propio, lo cual ubica el contenido de autonomía y responsabilidad.
La presencia de la paz ?junto a la democracia? y los derechos humanos, fortalecen el estado de derecho (vigencia constitucional, división de los poderes del Estado, descentralización administrativa, libre sufragio y respeto a los derechos fundamentales y sus garantías) en una democracia pluralista, la cual permite el ejercicio de la libertad. Guatemaltecas y guatemaltecos tienen el derecho de ser tratados por igual sin discriminar a nadie por su posición social, religión, ideología, etnia, raza, sexo, opinión política o idioma. La igualdad política y la tolerancia son esenciales en la paz ?formando parte la democracia? pues permiten la convivencia social, así como la diversidad ideológica. Ciudadanos y ciudadanas en Guatemala hacen especiales esfuerzos para defender su derecho a vivir en paz. Este aspecto incluye comprender que se debe respetar la soberanía e inviolabilidad fronteriza entre estados, así como el derecho de cada nación a utilizar sus recursos y escoger el camino más conveniente para su desarrollo. Es una realidad que permite afirmar lo siguiente: salvaguardar la paz significa igualdad de derechos para los pueblos y el derecho de los pueblos a disponer de ellos.
Amplios sectores de la población guatemalteca impulsan la paz y los derechos humanos reconociendo la libre acción de las mujeres; asimismo, rechazan cualquier forma de discriminación contra ellas y se pronuncian por defender el principio de igualdad de derechos entre hombres y mujeres. No vulnerar los derechos de las mujeres significa comprender su importante participación en los cambios sociales de Guatemala. Las mujeres guatemaltecas intervienen hoy en forma responsable y activa en las diferentes actividades de la sociedad y asumen el desarrollo de sus propias acciones. Es necesario garantizarles un trato equitativo con relación a oportunidades de participación y crear una nueva conciencia en la sociedad guatemalteca para combatir la exclusión social y la desigualdad de oportunidades. Sólo de esa manera se consolidará la paz y se profundizará el respeto a la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El actual proceso de paz y respeto a los derechos humanos en Guatemala, permite fortalecer la especificidad espiritual de la población maya. Nadie debe interferir en la transmisión de sus valores como parte de su cosmovisión. Los pueblos mayas se encuentran asociados a dinámicas sociales, impulsan sus organizaciones a nivel nacional y regional con capacidad para reemplazar dirigentes, poseen información de las leyes guatemaltecas, creciente inserción en los mercados, capacidad para formular y conducir proyectos socioeconómicos, y tienen derecho a reproducir su patrimonio cultural.
En la actual etapa de paz en Guatemala, el Estado debe asumir su responsabilidad ante ciudadanos y ciudadanas para no vulnerar ningún derecho cultural, económico, político o social y, de esa manera, evitar cualquier exceso de orden individual.
La racionalidad para actuar ante la vida permitirá avanzar a guatemaltecas y guatemaltecos, según su visión del mundo. La paz y los derechos humanos son ejes básicos pues consolidan el proceso de civilización.