Formación de nuevos hábitos


«Siempre he creí­do que, si se reformarse la educación de la juventud, se conseguirí­a reformar el linaje humano» (Leibnitz).

Rolando Alfaro

Los habitantes del territorio nacional, paulatinamente, se han dejado conducir por costumbres que, sin duda, no en todos los casos son moralmente aceptables.

En ese sentido, se puede señalar que la costumbre es un hábito adquirido y que, en muchos lugares, se convierte en ley.

Pero, como el estimado lector comprenderá, también, existen hábitos sanos y otros que no lo son; por ejemplo, el hábito de la lectura; el de comer.

Entre los malos hábitos, se pueden citar lanzar basura a la calle, provocar ruidos estridentes; hacer humo con basuras; y, desde luego, los más hirientes como la calumnia e injuria tan de moda en muchos cí­rculos sociales. Ello, en la última década viene ocasionando serios problemas en toda la sociedad guatemalteca.

Por lo anteriormente escrito, por tanto, los guatemaltecos debemos comprender que del esmero que cada uno ponga dependerá del modelo que se quiera seguir, especialmente para los jóvenes, a efecto de que aquel esmero sea adquirido en la juventud y por ende, bien copiado.

Diversos estudiosos, en consecuencia, nos indican que: el carácter de un hombre, su fisonomí­a moral, resultará más o menos apreciable y valioso según la semejanza que tenga un buen modelo o según los hábitos que haya sabido entrelazar con inalterables de rectitud; tal y como nos lo recomienda Arturo Cuyás en su célebre obra, se Necesita un muchacho.

Hemos insistido en esta tribuna sobre la necesidad de reformar la educación nacional, pues a los jóvenes como ya quedara apuntado, se les deben dar buenos modelos que sepan copiar adecuadamente; es decir, se les debe enseñar a decir siempre la verdad, hablar bien, no arriesgar dinero en juegos de azar, practicar obras de caridad; hacer deporte; aficionarse al trabajo, leer, y, en especial, ser honrados, respetuosos de la ley; y después de Dios amar a la Patria sobre todas las cosas que engloba, como lo indica el autor ya citado, el hogar, la familia, la religión, el idioma, los recuerdos e ideales.

Si todos y cada uno de los guatemaltecos, nos proponemos en el año que se avecina a que nuestra juventud, se encamine por los buenos hábitos. Esta es la única forma de terminar con tanta picardí­a que pulula en el entorno nacional, de lo contrario continuaremos presenciando tragedias como las que recientemente se han publicado por los medios de comunicación social.

Finalmente, recordemos las palabras del rey Salomón: «lo que está encerrado en el corazón de un niño, como los tiernos pétalos en un capullo, florece después en los hábitos y en las obras de los hombres».

FELIZ NAVIDAD Y Aí‘O NUEVO, QUERIDOS LECTORES.