La historia se repite cada año con motivo de la aprobación del Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la Nación. Los legisladores dejan para última hora este acto plagado de disquisiciones y recobecos, que exhiben antes que nada un espíritu politiquero.
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Esta vez puso al desnudo el invariable afán de buscar cómo, cuándo y dónde quedarse con su tajada a tiempo de la repartición del pastel. Mediante partidas específicas logran su propósito al final de cuentas, en beneficio propio, de su distrito y partido.
No sé si alguna vez la fuerza incontenible de la ambición, prebendas numerosas y restantes puntos negros de la persona cesarán de tener protagonismo. ¿Será que siempre está a la cabeza el conocido señalamiento de que en arca abierta el justo peca? No hay duda que sí.
Además, ahora que se trató de aprobar el presupuesto para el año 2007, mismo que coincide con las elecciones generales, en su mira figura la manipulación tras maratónicas jornadas en las cuales no faltaran tácticas dilatorias, bloques unidos como el FRG y la GANA.
La oposición congresil denunció que buscaron como aguja en un pajar, la eliminación del capítulo de normas especiales de transparencia, los diputados eferregistas y gobiernistas aliados. En eso paran los cabildeos aquí y allá, meras payasadas del arte de gobernar.
En anteriores administraciones después de tanto alboroto en el seno legislativo y en ocasión de la aprobación del presupuesto se ha dado el caso insólito que hubo de no aprobación y en consecuencia a partir de enero se echó mano del correspondiente al año anterior.
Hago alusión a tiempo de escribir estos renglones que se desconocía el dato de su aprobación o no, sin embargo, que excederá el monto es posible, entre tanto batallar por la repartición de pastel «de rica miel». En tanto muchas necesidades sociales siguen sin cobertura.