Con la llegada de la tecnología el hombre avanza, pero la mala levadura lo hace que la emplee para hacer el mal.
Es común que en estos tiempos el uso del correo electrónico le da a uno un gran aporte para la comunicación en cosa de segundos. A través de los E-mail nos podemos comunicar para asuntos socioeconómicos, familiares y de otras tareas laborales. Nosotros por lo común nos ayuda mucho en el trabajo cultural para poder obtener información que corta un camino largo como se hacía antes, incluso las entrevistas a muchas personas se las hacemos por el correo electrónico, aunque siempre nos gusta hacerlas personalmente.
Pasando al lado negativo que se le da al correo electrónico, el hombre de mala levadura es quien lo utiliza para emplearlo en «panfletos» insultantes, calumniadores y de otras farsas que rodean a aquellos sujetos que nunca dan la cara, pero que con la llegada del E-mail les cayó como anillo al dedo.
La ventaja de esta alta tecnología es también la destrucción del hombre. El Internet da gusto a todas las satisfacciones de aquellos que sólo se ocupan en sembrar semilla de odio y como en todas partes del mundo existe lo positivo y negativo, en el mundo cristiano se dice: Dios y el diablo, entonces las redes del mal se encargan de llenar de basura programas que bien se pudieran emplear en cosas positivas para el hombre.
Actualmente la humanidad está sufriendo de mucha soledad y se debe a que el mundo cada vez se vuelve más «plástico», engendrando desprecio, violencia y excluyendo a los países más pobres de poder pertenecer a ese «acumulamiento» de poder que creen tener los poderosos para decidir que se hace con la humanidad, cómo piensa el presidente Bush, error fatal porque nadie tiene derecho a decidir por la vida de nadie.
Volviendo a los E-mail es lamentable andar levantando mentiras e injurias contra personas que en su mayoría destacan y que los envidiosos como decíamos anteriormente, los correos electrónicos les cayeron como anillo al dedo, porque estas personas sólo actúan con el manto oscuro poniéndole una máscara que es la que según ellos los defiende.