Trato racional para la emigración laboral guatemalteca en Chiapas


La presencia de trabajadoras y trabajadores agrí­colas temporales documentados de Guatemala en Chiapas, es conocida oficialmente por las autoridades mexicanas quienes llevan un adecuado control de los lugares de ingreso y destino de cada uno de ellos.

Carlos Cáceres

Guatemaltecas y guatemaltecos se dirigen, básicamente, a la región Soconusco. Son campesinos pobres con amplia experiencia en la producción de café, plátano, caña de azúcar, mango y cultivos como el chile y la papaya. Se encuentran en México pues en su paí­s no existen las condiciones socioeconómicas para trabajar y obtener un salario. Bastan pequeñas explicaciones para la comprensión de las jornadas a realizar. No es necesario darles entrenamiento.

En la actualidad, tiene especial importancia documentarse en varias delegaciones migratorias de México con la Forma Migratoria para Visitante Agrí­cola (FMVA). La pueden utilizar en los estados de Chiapas y Tabasco durante un año. Este documento les permite trabajar y circular en forma libre. Este hecho impide que se cometan actos de corrupción contra ellos. Asimismo, por el alto número de trabajadoras y trabajadores agrí­colas en Chiapas, se plantea la necesidad de desarrollar un sistema de información por parte de las autoridades guatemaltecas, para dar a conocer en los departamentos fronterizos de Guatemala con México, la conveniencia económica y social para que la emigración laboral agrí­cola guatemalteca se traslade a Chiapas en forma documentada.

Lo anteriormente expuesto tiene una relevante implicación: evita la presencia de abusos pues mujeres y hombres guatemaltecos se encuentran en Chiapas en forma documentada; sin embargo, persisten acciones en contra de sus derechos y ellos continúan presentando denuncias ante las autoridades mexicanas por incumplimiento de pagos. Aunque este problema es parte de las actividades de apoyo que reciben por parte del Consulado de Guatemala en Tapachula y autoridades mexicanas de trabajo, también se ubican otros factores como laborar en inadecuadas condiciones de higiene. Para evitar la presencia de estos hechos, se debe fortalecer el diálogo y la negociación entre Guatemala y México, con el propósito de firmar un contrato de trabajo entre empleadores y trabajadores, suscrito ante la Junta de Conciliación y Arbitraje de Tapachula, como parte de un proceso para anular las arbitrariedades en contra de la emigración laboral agrí­cola guatemalteca.

También debe cumplirse con lo establecido en los artí­culos 34 y 35 del Código de Trabajo de Guatemala, en especial por los Consejeros de Empleo (anteriormente denominados contratistas) para el pago de transporte adecuado, incluyendo a familiares que acompañan al trabajador, el depósito de una fianza para garantizar el pago de la repatriación ?cuando sea el caso?, y garantizar la dignidad de las personas de nacionalidad guatemalteca. Los Consejeros de Empleo afirman que los finqueros cubren el transporte desde la frontera hasta las fincas, pero los trabajadores aseguran lo contrario: al pagarles les descuentan el precio del transporte. A esta situación debe agregarse que grupos de trabajadores y trabajadoras son trasladados a pie o en camiones diseñados para llevar carga. Lo relativo a la alimentación es una queja permanente de guatemaltecas y guatemaltecos en las fincas de café. Su deficiencia tiene dos implicaciones: afecta el rendimiento del trabajador y lesiona a los menores de edad quienes, de acuerdo con la normativa laboral guatemalteca, no se permite el traslado de menores a otro paí­s con el propósito de trabajar. El eje de la problemática se encuentra en el hecho de establecer convenios verbales de trabajo.

La emigración laboral guatemalteca no ocasiona ninguna fuente de inestabilidad en territorio mexicano. Su desvinculación sindical con Guatemala, la ausencia de organización para la defensa de sus intereses, su nula relación con los movimientos sociales chiapanecos, así­ como su breve estancia en Chiapas, ubica un flujo migratorio que no afecta intereses polí­ticos en ese estado mexicano. La población chiapaneca no ve en la emigración laboral guatemalteca a personas que perjudiquen su seguridad. Tampoco son una amenaza a su integridad cultural y, bajo ninguna forma, afectan la unidad territorial de Chiapas.

Los guatemaltecos y guatemaltecas en el estado mexicano de Chiapas coadyuvan al desarrollo económico de ese Estado. Por esta situación, las autoridades migratorias en México deben fortalecer las acciones para que no se afecten sus derechos. El diálogo con Guatemala y el respeto a los convenios internacionales, son las mejores expresiones para lograr el cumplimiento de la Declaración Universal de Derechos Humanos.