Qué raros unos requerimientos de la PNC


Santo y bueno que elementos de la Policí­a Nacional Civil (PNC) realicen operativos en calles y carreteras para detener vehí­culos que han sido robados aquí­ y en el exterior y, también, para detener y desarmar a los delincuentes de toda calaña. Eso es de reconocerse porque se hace en beneficio de la sociedad.

Marco Tulio Trejo Paiz

Ahora bien, llama la atención el hecho de que algunos policí­as o supuestos policí­as que se conducen en autopatrullas paren frente a sus casas o en cualesquier otros sitios a personas que lejos pueden estar de ser «sospechosas».

Recientemente, dos colegas nos informaron que quien al parecer comandaba una autopatrulla en céntrico sector capitalino les marcó alto cuando caminaban a pie, y uno de ellos fue obligado a identificarse, lo cual hizo inmediatamente. Empero, el «presunto comandante autopatrullero» se negó a revelar su nombre (que maliciosamente lo llevaba oculto), pasó a manos de uno de sus compañeros uniformados el respectivo documento de identificación, quien pronto comenzó a anotar datos y más datos, lo cual hizo pensar que podrí­a tratarse de policí­as o de supuestos policí­as nada honestos que a lo mejor trasladan datos para futuras acciones delictivas de los pandilleros que infestan el ambiente.

Los dos periodistas no dejan de temer extorsiones de las gavillas que, con la complicidad de agentes de la autoridad, puedan estar tramando. En realidad, es malicioso el proceder del presunto comandante autopatrullero de referencia.

Es conveniente que los jefes superiores de la PNC, sobre todo el director general de la mencionada institución (que está para velar por la seguridad personal y patrimonial de los habitantes del paí­s) giren instrucciones pertinentes, expresas y terminantes, para que comisarios, subcomisarios y demás miembros de la policí­a se abstengan de proceder como el «comandante autopatrullero» en mención que no quiso dar su nombre en forma que mueve a sospechas en la situación de inseguridad que estamos viviendo los guatemaltecos.

Como es del conocimiento de la población, algunos elementos de la PNC han sido consignados a los tribunales de justicia por cometer hechos reñidos con la ley. Irrespetaron el uniforme, la autoridad de que estaban investidos y a la institución que en mala hora ocupó sus servicios. Se comprende que en tal sentido se trata de hechos aislados, no generalizados en una institución que merece respeto de la gente honrada.

Lo ocurrido a dos elementos del Cuarto Poder es como para que cualquier ciudadano se sienta como en ascuas, temeroso de ser ví­ctima de algún hampón. ¿Y tú qué dices, Juan Pueblo?